Nuestro problema no es que hemos fallado. Nuestro problema es que no hemos fallado lo suficiente. No hemos sido rebajados lo suficiente como para aprender lo que Dios quiere que aprendamos.
Isaías
Seguro en las manos de Dios
Deténgase y mire las palmas de sus manos. Ahora, imagínese que son las manos de Dios y que usted está precisamente allí . . . Nuestros caminos están continuamente delante de Él. Ningún momento fugaz de la vida pasa sin que Él sepa exactamente dónde estamos, lo que estamos haciendo, y cómo nos sentimos.
Tómelo por fe
A pesar de nuestra investigación, y de todo nuestro estudio de la Biblia, nunca lograremos verlo todo con claridad, captar por completo, ni entender y responder a todas las preguntas.
Déjeselo a Dios
¿Parece que nunca puede llegar a dónde quiere ir con suficiente rapidez? Déjeselo a Dios. ¿Preocupado por sus hijos? Déjeselo a Dios.
El alfarero soberano
La mayor parte de la vida es aprender y crecer, caerse y volver a levantarse, perdonar y olvidar, aceptar y seguir avanzando.
Sabemos que el Alfarero soberano está obrando con nuestro barro como Él quiere.
Serendipia sagrada
Una vida de serendipia se caracteriza por la «sorprendibilidad» y espontaneidad. Cuando perdemos nuestra capacidad de lo uno o de lo otro, nos conformamos con la rutina de la vida. Esperamos poco y rara vez nos vemos desilusionados.
Comprensión y obediencia
Nuestra mayor lucha no está en el área de entender la voluntad de Dios; sino en el área de obedecer al Dios cuya voluntad es esa.
Dios está allí, a toda hora
Él está allí con usted en su propio peregrinaje personal . . . Su mente inescrutable obra en concierto con su voluntad insondable, realizando cosas bajo su control soberano.
El camino de Dios es correcto
Estoy convencido de que solamente cuando abrazamos la soberanía de Dios es que tenemos la capacidad de razonar nuestro camino por la vida.
Dios: ¡Incomprensible!
En un mundo consumido con pensamientos acerca de sí mismos, lleno de personas impresionadas unas con otras, estando desconectadas del único digno de la alabanza, es tiempo de volver a Teología 101 y sentarnos en silencio en su presencia.