Isaías 50:5
Jehová el Señor me abrió el oído,
y yo no fui rebelde, ni me volví atrás.
Isaías 50:5
Nuestra mayor lucha no está en el área de entender la voluntad de Dios; sino en el área de obedecer al Dios cuya voluntad es esa. Para ser dolorosamente franco, cuando usted y yo miramos hacia atrás en nuestras vidas, no nos hallamos perplejos y aturdidos en cuanto a la voluntad de Dios tanto como nos hallamos obstinados y ofreciendo resistencia al que dirige nuestros pasos. Nuestro problema no es lo que no sabemos; nuestro problema es que sí lo sabemos, pero no estamos dispuestos a seguirlo.
Ese es el conflicto básico de la vida cristiana. La verdad clara de Dios se presenta ante nosotros vez tras vez. Está disponible para nosotros, la leemos, la oímos explicada desde el púlpito, en algún libro cristiano, en algún programa cristiano de radio, y percibimos al Espíritu Santo susurrando: Sí, esto es para ti. La entendemos claramente, sin embargo, resistimos. Cuando las cosas no marchan como quisiéramos, nuestra tendencia, es decir: «Yo lo había planeado de otra manera».
Adaptado del libro, Sabiduría Para el Camino: Palabras Sabias para Personas Ocupadas (Grupo Nelson 2008). Copyright © 2008 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.