Si esperamos demostrar el nivel de excelencia que modeló Jesucristo, entonces tenemos que decidir el Reino en que vamos a servir: el reino eterno que nuestro Señor nos enseñó a buscar (Mateo 6:33) o el reino temporal de hoy.
Mateo
El poder de la reconciliación
El poder de la reconciliación es más fuerte que la venganza. Es asombroso como el perdón descarga el arma de la mano de la otra persona. Cuando uno se reconcilia con un hermano o una hermana, es asombroso lo que eso hace en ambos corazones. Es como haber hecho una limpia en su sistema nervioso.
Guiados por la gracia
«Sublime gracia del Señor, que a un infeliz salvó. . .» Estas palabras del conocido himno no son solo notas armoniosas que evocan nostalgia; son una declaración viva del amor inmerecido de Dios. Son un susurro divino que transforma corazones, sana heridas profundas y libera a quienes viven atados por la culpa, el temor o … Lea más
Almas de gran corazón
Cuando Cristo bendijo a los pacificadores, estaba exaltando el valor de hacer todo lo que podemos por mantener la armonía y respaldar la unidad. Su interés era hacer la paz en donde la paz es un objetivo apropiado.
Sabiduría justo a tiempo
¿Sabe usted cuándo nos da el Señor palabras, sabiduría, y perspectiva? Justo cuando la necesitamos. En el mismo instante en que se las requiere.
La Pascua máxima
Imagínese las preguntas que se agolpaban en la mente de los discípulos: ¿En realidad va a morir? ¿Cuándo? ¿Qué nos va a suceder a nosotros? ¿Vamos nosotros también a morir? ¿Qué del reino que prometió? ¿No han servido de nada todos estos años?
Este es el Día
Por primera y única vez, este domingo, Jesús aceptó las alabanzas del público en general. Pidió un burro para montar, cumpliendo la predicción que el profeta Zacarías dijo quinientos años atrás, de que el Rey vendría, humilde y montado en un borrico.
Qué hacer con el afán
Cuando la tentación a preocuparse llega, ese es el momento crítico. La tendencia es darle lugar; permitirle que suba al porche frontal y que tome asiento allí. Pero antes de que uno lo sepa, ¡el afán se ha deslizado a escondidas por la ventana y se ha instalado en casa!
¿Está considerando renunciar?
Todo logro que vale la pena recordar está manchado con la sangre de la diligencia y lleva las cicatrices de las heridas del desencanto. Renunciar, huir, escaparse, esconderse; ninguna de estas opciones resuelve nada.
Busque justicia
Si debo buscar primero en mi vida el Reino de Dios y la justicia de Dios, entonces todo lo demás que haga debe estar relacionado a esa meta: en dónde trabajo, con quién pasó mi tiempo, con quién me caso, o la decisión de quedarme soltero.