Josué 24:14-15

Me gusta el estilo de Josué en Josué 24:14-15. Como buen líder, presentó los hechos. A los que tenía a su alrededor los exhortó a que dejaran su indecisión y que definieran su situación espiritual. Promovió la autenticidad personal y el compromiso firme. . . pero ni una sola vez usó su rol de líder o la intimidación para conseguir que resultaran las cosas a su manera. Cuando dejó la decisión en manos de ellos, corrió el riesgo que lo ignoraran o rechazaran. Él respetó el derecho que ellos tenían de seguir los consejos de él o de hacerse a un lado, cuando en otras tantas palabras les dijo: «¡Decídanse!». Pero nunca hubo dudas sobre la postura de él en cuanto al tema. Él había sopesado la evidencia, considerado las alternativas y llegado a una conclusión definida— él y su familia iban a servir al Señor Dios, sin lugar a duda. Pero lo que los otros decidieran dependería estrictamente de ellos. Tendrían que decidir por sí mismos.

Una combinación poco común. Un líder fuerte que sabía hacia donde se dirigía, pero que daba lugar a que otros pudieran escoger por sí mismos. Nada de amenazas. Nada de usar apodos derogatorios. Nada de hacerlos quedar mal en público. Nada de explotación, o manipulación o humillación. Él no jugó con las emociones de ellos ni atacó alguna percibida ignorancia, ni usó trucos para tratar de ganarlos hacia su postura. Él sabía lo que Dios quería que él hiciera, y se daba cuenta de las consecuencias al escoger algo diferente. . . pero ellos necesitaban sopesar las alternativas por sí mismos. Tenía que ser la decisión de ellos, no la de él. En ese momento, él tomó un paso atrás y dijo: «Ahora decidan ustedes».

Eso no solamente es inteligente, es también evidencia de dos virtudes admirables: un sentido de confianza en sí mismo y respeto por los demás. Hoy, está claro para todos nosotros que Josué tomó la decisión correcta en ese entonces. Desde nuestra perspectiva objetiva, él escogió la alternativa correcta. . . como también ellos luego lo hicieron. Pero note, de nuevo, que él no apuró a su gente para que opten por la postura de él. Josué sabía que, si ellos no luchaban con los temas por su propia cuenta, la decisión posterior podría ser superficial. . . frágil. . . un compromiso que podría derretirse ante el evidente calor de las pruebas y dificultades.

De todos modos, siempre habrá algunos que desean que otros tomen las decisiones por ellos. Muchas personas en el mundo cristiano están buscando continuamente algún gurú evangélico o pastor estrella o alguna autoridad biónica que haga de cosignatario para sus vidas.

Se requiere del poder retenedor del Espíritu Santo para soportar tal invitación tentadora a tomar el control. Es de ayuda recordar que cada vez que nos entregamos a la tentación destructiva de tomar el poder estamos frenando el crecimiento de otros hacia la madurez. Tomar decisiones propias desarrolla los músculos mentales. Pero repito, siempre habrá unos pocos que añoran que alguien les diga qué hacer. Ellos son los que permanecen tan indecisos que su color favorito es el cuadriculado.

Mañana hablaremos más sobre el actuar con decisión.

Tomado de Come Before Winter and Share My Hope, Copyright © 1985, 1988, 1994 por Charles R. Swindoll, Inc. Todos los derechos reservados mundialmente. Usado con permiso.