Isaías 50:7

Tomar decisiones propias desarrolla músculos mentales saludables. Pero siempre habrá unos pocos que añoran que alguien les diga qué hacer. Una razón principal por qué algunos prefieren ser indecisos es la flojera. Tomar decisiones es trabajo arduo. El autor Peter Drucker tenía razón cuando dijo:

«Tomar una decisión es hacer un juicio. Es optar entre alternativas. Rara vez es una opción entre lo correcto y lo incorrecto. En el mejor de los casos, es una opción entre lo “casi correcto” y lo “probablemente incorrecto”— pero lo más frecuente es la opción entre dos posibles acciones, ninguna de las cuales tiene mayor probabilidad que la otra de ser la correcta».

Pueda que esto suene como un trabalenguas, pero en realidad es algo que desafía la mente, requiriendo un proceso doloroso y cansador que es poco común en muchos. . . un proceso llamado pensamiento.

Cuánto más fácil es adoptar una lista, para cliquear las respuestas: una, dos, tres, cuatro y cinco. No hay que pensarlo. Solo hay que seguir las instrucciones. No hay que considerar las consecuencias. No hay que preocuparse por los detalles. Simplemente tiene que hacer lo que le dicen y dejar que «ellos» se encarguen del asunto, principalmente unos pocos tipos que están a cargo. No lo medite para poder decidir. . . solo sométase.

Si esa es la metodología que usted prefiere, permítame recordarle de dos palabras, solamente dos palabras: Watergate y Jonestown.

En ambas tragedias, el actuar con decisión fue reemplazado con obediencia ciega, autoridad no cuestionada y lealtad absoluta. Alguien, de alguna manera, en algún momento en cada uno de esos grupos convenció a las tropas de que la norma de procedimiento operativo sería el grito de guerra que aparece en el poema Charge of the Light Brigade [La carga de la brigada ligera] de Alfred Tennyson:

No estaban allí para replicar.
No estaban allí para razonar,
No estaban sino para vencer o morir.

Hay lugar para esa filosofía en las fuerzas armadas, donde no hay tiempo para parar y reflexionar. Grupos de discusión no son muy populares en pleno combate cuando el objetivo es sobrevivir.

Pero en el diario vivir, cuando los temas no están descritos claramente en las Escrituras, cuando hay muchas áreas grises en lugar de blanco y negro, necesitamos aprender una lección del maduro sucesor de Moisés, Josué.

Piense sabiamente. Considere las alternativas. Escoja para sí mismo. Decida hoy a quién servirá.

Tomado de Come Before Winter and Share My Hope, Copyright © 1985, 1988, 1994 por Charles R. Swindoll, Inc. Todos los derechos reservados mundialmente. Usado con permiso.