Job 21: 1—34
Es muy posible que muchos de los que leen estas palabras esté siendo actualmente víctimas de las falsas acusaciones de alguien. Eso puede ser una angustiosa cruz y muy difícil de llevar. Yo sé lo que es eso, por mi amarga experiencia. Puesto que esto es un asunto que siempre estará presente para muchos de nosotros, sería útil describir ciertas pautas a seguir, basadas en la manera en cómo Job se enfrentó a sus acusadores.
Escuche lo que están diciendo de usted y considere el carácter de su crítico. ¡Mantenga la calma! Sentirá la tentación de precipitarse y de reaccionar imprudentemente en la carne, diciendo cosas que después lamentar. Procure escuchar lo que están diciendo. Y mientras lo hace, recuerde el carácter de la persona de quien ha surgido la acusación. Escuche todo con calma. Job hizo eso, lo cual lo preparó para responder después.
Responda con hechos ciertos e información precisa, conociendo la naturaleza de su acusador. ¡Diga la verdad! Aférrese a lo cierto, cueste lo que cueste. Es posible que la otra persona haya sido su esposa o esposo. Pudiera ser su jefe anterior o actual, un empleado, un vecino, un pastor o un amigo. No importa quién sea la persona. Si usted está siendo acusado, tiene que concentrarse solo en los hechos. No reaccione y piense en la manera de tomar la revancha. Si usted cede a la tentación, terminará pareciéndose a su acusador. Dios honra la integridad. Quizás no de inmediato, pero finalmente usted será reivindicado. Recuerde la oración de David: «Hazme justicia, oh, Señor, porque yo en mi integridad he andado» (Salmo 26: 1). La verdad prevalecerá entre las personas que se ocupan de ella, y toman sus decisiones basadas en ella.
Una vez le dijeron a Abraham Lincoln qué tenía que despedir a su director general de correos. Al hombre lo acusaban de todo. Lincoln sopesaba los rumores con las evidencias, y el 18 de julio de 1864 le escribió al secretario Stanton una carta diciéndole que no iba a hacerlo, porque la información estaba basada en rumores, no en hechos ciertos. En esta carta, Lincoln termina diciendo correctamente: «La verdad es generalmente la mejor reivindicación contra la difamación». una sabia respuesta.
Aférrese a la verdad. No la exagere, no la niegue y no vacile en decirla.
Adaptado del libro, Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2019 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.