Eclesiastés 3:1
Todo tiene su tiempo, y todo lo que se
quiere debajo del cielo tiene su hora.
Eclesiastés 3:1
¿Se acuerda de mí? Yo soy el que promueve la espera. Permita que el Señor abra las puertas, que abra el camino, que alise el sendero, que le permita pasar. Usted sabe, todas las cosas que espera que un predicador diga.
Pero sí pienso que podemos ser tan buenos para esperar que solo eso hacemos y nunca actuamos. Bostezamos y pasivamente decimos entre dientes: «Tal vez, algún día» mientras dejamos que las oportunidades se escapen de nuestras manos. Como invitar a amigos a comer helado o salir a un paseo campestre. Como usar la loza elegante o celebrar un cumpleaños . . . o escaparse para unos días de relajación y romance . . . o irse andar en un velero por un día . . . o pasar una semana lejos de la familia. «No este año . . . pero tal vez, algún día . . . »
¡No espere! Si continúa con esa pasividad, algún día nunca vendrá; y usted lo lamentará por el resto de sus días.
Adaptado del libro, Sabiduría Para el Camino: Palabras Sabias para Personas Ocupadas (Grupo Nelson 2008). Copyright © 2008 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.