Proverbios 19:11

La cordura del hombre detiene su furor,
Y su honra es pasar por alto la ofensa.
Proverbios 19:11

¿Se ha dado cuenta usted del efecto que roba la alegría que resulta en su vida al tener un espíritu no perdonador? Si su amargura es lo suficientemente profunda, virtualmente usted ha dejado de vivir . . .

No vale la pena. Usted necesita resolver ahora mismo este asunto persistente, hostigoso. La paz, contentamiento y alegría que pueden ser suyas están drenándose, como agua por el desagüe de una tina de baño sin tapón. Es tiempo de que usted detenga la disputa: hay que disolver la desarmonía . . .

Empiece contándole a Dios cuánto le duele y que necesita que Él le ayude para perdonar la ofensa . . . Líbrese del veneno de la ira acumulada, y eche fuera todo el ácido del resentimiento largamente guardado. Su objetivo es claro: perdonar por completo al ofensor. Una vez que haya hecho eso, descubrirá que ya no repasa mentalmente las horribles escenas. El deseo de venganza y de desquitarse se desvanecerá, y el espacio ahora vacío se llenará de una inundación de alivio y un nuevo espíritu de alegría que no se sentirá como si fuera la misma persona.

Adaptado del libro, Sabiduría Para el Camino: Palabras Sabias para Personas Ocupadas (Grupo Nelson 2008). Copyright © 2008 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.