Las verdades ocultas de la persecución

Hoy en día hay mucha gente que cree estar en persecución. Desafortunadamente, la persecución de verdad se mete en el mismo saco que el ser ofendido o simplemente estar en desacuerdo con alguien. En el proceso, el significado de persecución se ha disminuido y se da menos importancia a la adversidad de los que realmente sufren persecución. Una definición más precisa de persecución ayudará a que este término guarde su poder y además nos ayuda a no exagerar en los incidentes pequeños.

La persecución religiosa incluye la subyugación de una persona o un grupo debido a sus creencias religiosas. Los cristianos recibimos persecución cuando otros nos victimizan por nuestro compromiso de seguir a Jesucristo. Los cristianos que están en la cárcel por su fe están sufriendo persecución, los cristianos que van a una tienda y se les dice «felices fiestas» en lugar de «feliz navidad», no están sufriendo persecución.

La persecución afecta a todo tipo de personas por todo el mundo. La persecución afecta a los cristianos cuando somos diferentes al resto del mundo por Cristo. Si no sufrimos persecución es por una de estas dos razones: 1) vivimos en el mundo como los que no siguen a Cristo o 2) nos hemos alejado del mundo.

La primera razón saca a la luz un problema de compromiso por nuestra parte, hemos elegido vivir como las personas del mundo en lugar de como Cristo. Cuando actuamos igual que el mundo, creando conflicto, mostrando una falta de compasión ante el sufrimiento y teniendo un comportamiento hipócrita entre otras cosas, nos hemos integrado hasta tal punto que nadie siente la necesidad de perseguirnos.

La segunda razón se trata menos pero quizás es incluso más traicionera en la comunidad cristiana. Los cristianos se han separado del mundo, cortando lazos con él y por lo tanto, evitando la posibilidad de la persecución. Si no nos arriesgamos en la presencia de los que no son creyentes, nos cerramos a la posibilidad de ser perseguidos.

Pero Jesús espera que Sus seguidores sean perseguidos, es decir, espera que busquemos la paz, seamos compasivos y puros. No quiere que nos separemos de los no creyentes como muchas otras personas han hecho. Esta expectativa que Jesús tiene de Sus seguidores indica que quiere que vivamos en el mundo, hablando con nuestros vecinos y amigos para intentar hacer de nuestra comunidad un lugar mejor.