Génesis 2:2

Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo;
y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo.

Génesis 2:2

Después del sexto día de la creación, el Señor Dios deliberadamente dejó de trabajar . . .

Descansó. Tome nota especial de eso. No era que no había nada más que podía haber hecho. Por cierto, no era porque estaba agotado; ¡la omnipotencia jamás se cansa! No es que se le habían acabado las ideas, porque la omnisciencia no conoce limitación mental. Él podría fácilmente haber hecho muchos más mundos, creado un número infinito de otras formas de vida, y provisto múltiples millones de galaxias más allá de las que hizo.

Pero no lo hizo. Se detuvo.

Y pasó todo un día descansando. Es más, «bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó», algo que no hizo en los otros seis días. Marcó este día como uno extremadamente especial junto no era como los demás. Me suena como que Él hizo un día en que descansó un período «prioritario» de tiempo.

Adaptado del libro, Sabiduría Para el Camino: Palabras Sabias para Personas Ocupadas (Grupo Nelson 2008). Copyright © 2008 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.