Mateo 24:3-31; Marcos 13:3-37; Lucas 21:5-28; 1 Juan 2:18
Ese martes, por la tarde, los discípulos se sentaron con Jesús en el Monte de los Olivos mirando la ciudad antigua. El sol se encontraba al oeste, brillando a través del Monte del Templo donde habían pasado la mayor parte del día.
Al mirar la grandiosa arquitectura desde ese estratégico punto de vista, la trágica profecía de Jesús hecha al salir del templo de: “no quedará aquí piedra sobre piedra que no sea derribada”, tuvo un nuevo significado. Las noticias acerca de este cierto y aterrador futuro los estremeció de manera impresionante.
Debido a que el pueblo de Israel rechazaría de Jesús la oferta de Su reino, su templo sería destruido y ellos perderían el privilegio de ser los representantes de Dios en la era actual.
Para los discípulos era especialmente doloroso, ya que Jesús había anunciado que se marcharía y no regresaría hasta que Israel se arrepintiera y le reconociera como el Mesías legítimo al final de los tiempos.
“¿Cuándo ocurrirá esto? ¿Cuál será la señal?” le preguntaban mientras se sentaban a Su lado.
Y desde esa vista panorámica, Jesús les mostró la triste cadena de eventos que ocurrirían en el futuro de Israel antes de que Él cumpliera su promesa de volver a poner Sus pies en ese lugar, pero esta vez como Rey gobernante.
Como una alternativa a su petición por conocer los detalles, Jesús les previno diciendo: “Miren, y no dejen que nadie les engañe”. Jesús sabía que en lo que respecta al futuro, la gente creería cualquier cosa; pagaría cualquier cosa y haría cualquier cosa por saber lo que ocurriría el día de mañana. Él sabía que las generaciones futuras serían engañadas por charlatanes religiosos que les venderían boletos de atracciones futuras sin pensar en lo absoluto en lo que Dios había dicho.
Pero a pesar de ello, Jesús llamó a Sus seguidores a ser fieles al llevar a cabo Sus mandamientos, pidiendo que le confiaran a Dios sus expectativas de las cosas que están por venir y recordándoles que Él no se olvidaría de Israel y haría lo que había prometido.
Adaptado del libro, Domingo a Domingo. Copyright © 2021 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.