Números 27: 12-23

Moisés pide que haya un hombre «que salga y entre delante de ellos, que los saque y los introduzca, para que la congregación del Señor no sea como ovejas que no tienen pastor» (v.17). En otras palabras está diciendo: «Señor, necesitamos un hombre que entienda que debe tener contacto con el pueblo antes de poder ministrarle. Tiene que ser una persona que se sienta bien en medio de la gente».

Moisés estaba diciendo: «Estas personas no necesitan a un místico. No necesitan a un hombre preocupado por su amor a la investigación, por muy importante que pueda ser eso. Esa gente no necesita, en realidad, a un súper eficiente súper ejecutivo, ni a un brillante genio organizativo. Lo que necesitan es un pastor. Necesitan a un hombre que conozca al pueblo, que sirva a las personas, que las entienda y que sepa cómo guiarlas».

En cualquier capacidad que usted pueda servir, ya sea como maestro de Biblia, como estudiante que se prepara para el ministerio, o como una mujer que esté ministrando en el área para la cual tiene un don, su principal ministerio son las personas; no el manejo de papeles]; no hacer llamadas telefónicas, no escribir cartas, no los programas de planificación; no devanarse los seos diseñando estrategias para los siguientes diez años. Por supuesto, todo esto hay que hacerlo. Yo debo firmar o escribir un promedio de cuarenta a cincuenta cartas por semana, y también involucrarme en sesiones de planificación. Hay que manejar detalles administrativos (el menor número posible, sin que me halen las orejas).

¿Sabe usted que es lo más frecuente que oigo de las personas que comienzan a venir a nuestra iglesia? Les interesa mucho conocer a algunos de nuestro personal. Dicen: «Usted no me conoce, pero yo vengo a oírlo predicar los domingos». Y casi se disculpan, cuando me dicen: «Lamento quitarle su tiempo, pero solo quiero estrecharle la mano». Yo me esmero por decir a cada una de estas personas: «Usted es tan importante como cualquier otra persona de toda la iglesia. No hay ningún miembro que no sea importante en la familia de Dios». No digo esto como una declaración de buenas relaciones públicas, sino porque lo creo, y porque sé que es verdad. Quienquiera que sea usted, y haga lo que haga, es especial delante del Dios que le ha escogido.

Adaptado del libro, Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2019 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.