Números 27: 12-23; Deuteronomio 34:9
Siempre me maravilla oír cómo utiliza el Señor su Palabra en la vida de su pueblo. Ignoro cuáles sean sus propias circunstancias. Tampoco sé cómo piensa Dios utilizar este episodio de la vida de Moisés en su vida. Puede ser que estas palabras caigan en un corazón necesitado, o quizás usted ha sido fortalecido y animado por la idea de que es muy especial para Dios, y de que ninguno de sus hijos es insignificante. O tal vez está involucrado en la temible tarea de encontrar a un hombre o una mujer para que ocupe una posición de gran responsabilidad, y le han recordado que usted depende, más que nunca, de Dios para encontrar ese Josué para esa obra. O quizás usted es ese Josué a quien le han pedido que acepte una responsabilidad más grande que usted jamás imaginó.
Cualesquiera que sean sus circunstancias, quiero recordarle que nuestro Padre celestial tiene interés en todos los aspectos de su vida que parecerían insignificantes a una deidad distante. Él nunca está demasiado ocupado para escuchar sus penas, secar sus lágrimas, susurrarle palabras de aliento, y poner su hombro debajo de su carga. Él es el Dios que se preocupa por los detalles.
Al escribir estas palabras, mi oración es que nuestro soberano Dios pueda ser un consuelo muy personal para usted en esta semana. Oro especialmente por quienes estén luchando con sentimientos de soledad y desánimo. Aunque está rodeado de personas, en lo más profundo de su ser hay aflicción. Hermano, Dios puede responder a su necesidad como solamente Él sabe hacerlo, así como lo hizo en el corazón de Moisés pocas horas antes de la muerte de este gran hombre.
Si usted es el Josué de Dios, no tiene que preocuparse pensando que será olvidado. No tiene por qué preocuparse pensando que la sombra de su predecesor eclipsará su persona y su ministerio en los años futuros. En realidad, usted no tiene que preocuparse por nada. Si usted es el Josué de Dios, está justamente donde tiene que estar. Recuerde que Él es soberano. Él tiene todo bajo su control. Él hará cumplir su voluntad en el momento preciso, para su gloria, y eso incluye su vida, su posición y su futuro. Por lo tanto, preocuparse por todo esto no vale la pena. Él está pendiente de todos los detalles, así es, querido hermano, de todos.
Piénselo de esta manera: Eso de que Dios es casi soberano no es la verdad.
Adaptado del libro, Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2019 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.