Salmos 46
La reacción del salmista acerca de los sentimientos de debilidad personal continúa en el Salmo 46 ahora con un nuevo escenario que le impulsa a tomar otra resolución.
No seremos conmovidos
Hay un río cuyas corrientes alegran la ciudad de Dios; el santuario, morada del Altísimo. Dios está en medio de ella; no será movida. Dios la ayudará al clarear la mañana. Las naciones se conmocionan, se tambalean los reinos. Él emite su voz, y se derrite la tierra. El Señor de los Ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah
¿Cuál es el tema aquí? La ciudad de Dios (v. 4). Esta es una referencia a la ciudad amada por los judíos, Jerusalén. Un vistazo breve a esa estrofa nos muestra que la ciudad está siendo atacada. Las naciones y los reinos se han levantado contra la capital de Israel y han avasallado sus muros. Sin embargo, el compositor dice «no seremos conmovidos». La razón de no hacerlo es porque, tal como lo dice la primera parte del versículo 5: «Dios está en medio de ella».
El versículo 7 continúa diciendo: «El Señor de los Ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob».
Jerusalén era una ciudad bien protegida, se encontraba en la cima de una montaña, rodeada por un terreno difícil, y resguardada por muros altos y gruesos. Con el tiempo, otros reyes crearon la forma de suplir agua a la ciudad de tal forma que podían enfrentar el asedio enemigo. Sin embargo, el compositor no consideraba que las estructuras y los soldados eran su fuente de seguridad. Cuando él se sentía muy impotente, él veía más allá de su protección física y se consolaba en la presencia de Dios. El mérito era para la presencia del Omnipotente.
¿Recuerda usted la historia del evangelio de Marcos (4:35-41) cuando Jesús y sus discípulos cruzaron el mar de Galilea?
Este relato se ha hecho famoso gracias a una canción que los creyentes de habla inglesa han cantado por varias décadas. Esa canción se titula: «Peace, Be Still» [Ten calma, ten paz].
Una tormenta sorprendió a los discípulos y los hizo temer por sus vidas. Dándose cuenta que ellos eran débiles, despertaron a Jesús y le preguntaron por qué seguía durmiendo en un momento así. Después de calmar el viento y el mar, Jesús reprendió a los discípulos por su falta de fe. ¿Se iba a hundir la barca? ¿Por qué habrían de tener temor? Los discípulos tenían a Dios mismo con ellos en la barca. La barca jamás iba a hundirse si Dios estaba allí. Ellos no serían conmovidos, porque el Señor mismo estaba en medio de ellos. Esa es una perfecta ilustración del Salmo 46:5.
Observe el termino, «conmovidos» en el versículo 5. Literalmente significa sacudirse. En la mayoría de los países hispanos se utiliza la frase idiomática, «una sacudida». Supongo que sería muy apropiada utilizarla en el versículo 5. Cuando Dios está conmigo, no tengo ninguna razón para sentirme «sacudido» ¿se da cuenta que desde momento en que el Señor Jesucristo se convirtió en el Señor y Salvador de su vida, Él vive dentro de usted? Es más, Colosenses 3: 4 dice que Cristo es «Su vida». La esperanza de gloria es, «Cristo en usted». Si usted ha confiado en Jesucristo como su Señor y Salvador, Él está dentro de usted. En medio suyo. Por lo tanto, si Él está presente, no hay razón de temblar. Dios no va a sacudir su propia morada. La próxima vez que usted se sienta tentado a sentir pánico, enfóquese en el hecho de que Dios vive literalmente en usted. ¡Selah!
Afirmando su alma: ¿Qué medidas ha tomado usted para su provisión y protección en caso de una emergencia? Es bueno hacerlo pero recuerde que eso no le puede dar una seguridad total. ¿Cómo puede usted desarrollar una mayor confianza en el poder de Dios que vive dentro de usted? Cuando ocurren cosas malas, ¿de qué manera le afecta eso su confianza en la provisión y la protección de Dios?
Adaptado del libro, Viviendo los Salmos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2013). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2019 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.