Salmo 108:5
Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios.
Y sobre toda la tierra sea enaltecida tu gloria.
Salmo 108:5
¿Cuándo fue la última vez que usted le echó un vistazo a una montaña? Usted no echa un vistazo a la ligera a las fotografías del monte Everest y dice: «Ah, linda colina. Tal vez un poquito más alta que otras montañas». Uno no presencia los glaciares de Alaska y dice: «Ah, sí, que bonito glaciar». Uno se queda en silencio y asombrado.
Recuerdo que mi batallón de Marina voló sobre el monte Fuji en Japón. Nadie en nuestro avión, al mirar eso afuera y ver el monte Fuji dijo: «Qué bien, qué bien; muy bonito». ¡No, en verdad! Quiero decir, era click click click . . . ¡era tiempo de tomar fotografías! ¡Era el pintoresco y asombroso Fuji!
¿Quién hizo el Fuji? Y como esa montaña, el resto de su creación es igualmente impresionante. Considere las estrellas en el espacio, por ejemplo. Aunque las estudiáramos toda una vida, ni siquiera podríamos sondearlas. Cuando admiramos todo lo que hace Dios, nos hace que demos un paso hacia atrás en forma de respeto. Hace que veamos todos los logros humanos parezcan menos importantes.
Adaptado del libro, Sabiduría Para el Camino: Palabras Sabias para Personas Ocupadas (Grupo Nelson 2008). Copyright © 2008 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.