Salmo 131:2
En verdad que me he comportado y he acallado mi alma
Como un niño destetado de su madre;
Como un niño destetado está mi alma.
Salmo 131:2
Cuando se trata de irritaciones, he hallado que ayuda si recuerdo que yo no estoy a cargo de mi día . . . Dios lo está. Y mientras estoy seguro de que Él quiere que yo use mi tiempo con sabiduría, Él se preocupa más por el desarrollo de mi carácter y el cultivo de las cualidades que me hacen semejante a Cristo por dentro. Uno de sus métodos preferidos de capacitación es mediante los ajustes a las irritaciones.
¿Una ilustración perfecta? La ostra y su perla.
La irritación ocurre cuando una substancia extraña, como un grano de arena, invade la concha de la ostra. Cuando eso sucede, todos los recuerdos dentro de la diminuta y sensible ostra acuden al punto de irritación y empiezan a soltar fluidos sanadores que de otra manera hubieran permanecido dormidos. Poco a poco el irritante es cubierto: por una perla. Si no hubiera habido una interrupción irritante, no hubiera habido una perla.
Con razón nuestro hogar celestial tiene puertas de perlas para dar la bienvenida a los lastimados y heridos que han respondido correctamente al aguijonazo de las irritaciones.
Adaptado del libro, Sabiduría Para el Camino: Palabras Sabias para Personas Ocupadas (Grupo Nelson 2008). Copyright © 2008 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.