Salmo 17:6
Yo te he invocado, por cuanto tú me oirás, oh Dios;
inclina a mí tu oído, escucha mi palabra.
Salmo 17:6
Muchos nos sentimos como si tuviéramos que esconder nuestros fracasos, creyendo que nadie podría posiblemente haber fracasado como nosotros. Algunos incluso tienen miedo de contárselo a Dios, temiendo que tal vez Él va a desilusionarse cómo nos imaginamos que otros se desilusionarán.
Pero Él no es así para nada, ¿verdad? Cuando tropezamos y clamamos a Él en nuestra vergüenza y en nuestra angustia, el salmista dice que Él «inclina su oído» a nosotros. Él se inclina para escuchar. Decimos: «Ay, Padre, ¡he fallado! He fallado terriblemente. ¡Mira lo que he hecho!» Entonces, Él pone su brazo sobre nuestros hombros, tal como un padre terrenal cariñoso lo haría. Entonces Dios dice: «Te acepto tal como eres. Reconozco que lo que has hecho estuvo mal, y me lo has confesado. Ahora, hijo mío, hija mía, vamos adelante».
Adaptado del libro, Sabiduría Para el Camino: Palabras Sabias para Personas Ocupadas (Grupo Nelson 2008). Copyright © 2008 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.