Éxodo 4:19-20

Al leer este pasaje, ¿no piensa usted que Dios es misericordioso? Tenemos un Señor que conoce nuestro corazón nuestros pensamientos y nuestros temores. Cuando Moisés salió de Egipto 40 años antes, había quienes lo buscaban para matarlo. Probablemente estaba a la cabeza de la lista de la versión egipcia de «los diez criminales más buscados».

Moisés no había sido olvidado, por supuesto. Ahora era un padre de familia dirigiéndose hacia el oeste con su esposa y sus hijos, y ese peligro potencial debió haber abrumado su mente. Esa era una de las razones, para empezar por la que había sido renuente a ir. Pero cuando tomó la decisión de aceptar la voluntad de Dios, se decidió a hacer el viaje a pesar de esa preocupación. En realidad, lo que le dijo a Dios fue: «Señor voy a confiar en ti con todo mi corazón. No voy a apoyarme en mis propias capacidades. En todo lo que haga voy a darte a ti el reconocimiento, y a dejar que seas tú quien se encargue de los obstáculos».

Entonces afirmó el rostro hacia Egipto e inició su marcha en obediencia a Dios. Sin embargo, antes de salir del territorio de Madián, el Señor hizo algo por su siervo. Le dijo: «Oh, a propósito, Moisés, ¿te acuerdas de aquellos que querían matarte en Egipto? No te preocupes por ellos. Están todos muertos. Ya no podrán hacerte ningún daño».

Debió ser algo digno de verse esa pequeña familia descendiendo por el camino del desierto. Su esposa, Séfora iba montada sobre el asno; los dos hijos iban retozando al frente y las pocas pertenencias de la familia probablemente estaban atadas al lomo del animal. Se habían marchado dejando un trabajo seguro, parientes, seguridad, y la familiaridad de su ambiente. Madián no era una gran cosa, pero había sido su hogar durante 40 años. Y ahora se dirigían a Egipto, camino al éxodo. ¡Qué fe tan grande!

¿Ha respondido usted por fe recientemente? ¿Se ha adentrado en terrenos, siguiendo el impulso de Dios, en los cuales jamás habría soñado hace cinco años? El Señor honrará su fe si pone su confianza en él en esa clase de aventura. Quienes deciden permanecer en la falsa seguridad de Madián nunca experimentarán lo que Moisés experimentó en ese sinuoso viaje a Egipto, la sensación de estarse moviendo en la poderosa corriente del plan y la voluntad de Dios. ¡Siga usted adelante!

Adaptado del libro, Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2019 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.