Job 19: 1—29

Job anhelaba que sus palabras de pesar fueron esculpidas en granito para que la gente de todas las épocas pudiera enterarse de todas las cosas que estaba padeciendo. Pensaba que sus palabras serían olvidadas. No sabía que sus palabras le sobrevivirían. Pero, imagínese, ¡Dios decidió incluirlas en su Palabra eterna! ¡Junto con escrituras como Génesis 1, Salmo 23, Romanos 8, 1 Corintios y Apocalipsis 22, recordamos a Job 19: 25-27 hasta el día de hoy!

Por mi parte, yo sé que mi redentor vive, y que al final se levantará sobre el polvo. Y después que haya desecho está mi piel, en mi carne he de ver a Dios. Lo verán mis ojos y no los de otro. Mi corazón se consume dentro de mí.

Gracias al Magnum Opus de Handel, en todas las navidades escuchamos ese mensaje una y otra vez. ¡Job no imaginaba ni remotamente en su terrible angustia que su Señor honraría su nombre preservando sus palabras para que el mundo las oyera y las cantara!

Tengo que hacer una pausa aquí para dirigirme aquellos cuyo Dios está distante y callado. Y, quizás (al igual que Job) sus enemigos han comenzado a volverse contra ellos. ¡Hay un futuro más brillante que sus sueños más fantásticos! Como lo experimentará Job algún día, la justicia se impondrá, Dios quitará el mal, y el bien eclipsará al mal. Al final, Dios es quien ganará. Y lo mismo sucederá con nosotros. Job será reivindicado, recordado y respetado, y todos los Zofar, Bildad , y Elifaz serán juzgados, silenciados y olvidados. «Te metes por vosotros ante la espada. Porque la espada representa la ira contra las iniquidades coma para que sepáis que hay un juicio» (Job 19:29).

En medio de su desgracia, Job no había perdido de vista quién estaba en lo correcto y quién no. Les recordó a los 3 hombres que el juicio y el castigo vendrían sobre ellos, no sobre él.

¡Mantenga su atención centrada en el futuro!

Adaptado del libro, Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2019 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.