Salmos 139
La canción de David acerca de los atributos asombrosos de Dios continúa en tanto que se maravilla por la habilidad de Dios de seguir en completo control de su universo.
Detrás y delante me rodeas, y sobre mí pones tu mano. Tal conocimiento me es maravilloso; tan alto que no lo puedo alcanzar.
El Señor está en completo control de todos los detalles de su creación, aun los más pequeños; Él es omnisciente y omnipotente. Y como Él nos conoce muy bien, sabe cuáles han de ser nuestros límites. El hecho de que Él nos «rodee» puede mal entenderse. Esta es una traducción del término hebreo que se utiliza cuando se sitia una ciudad en batalla, en otras palabras, se cierran todas las rutas de escape y se rodeada ciudad. Un erudito hebreo dice que esta palabra tiene la idea de ver algo encerrado. Dios nos pone en situaciones ineludibles y allí nos dirige, nos limita y nos mantiene para que no podamos escapar de esa situación. Eso explica porque su mano está sobre nosotros. Quizás el apóstol Pablo se encontraba en tal predicamento cuando dijo que Él y sus compañeros estaban «abrumados sobremanera, más allá de nuestras fuerzas» (1 Corintios 1:8). La versión internacional lo dice de esta forma: «Estábamos tan agobiados bajo tanta presión». El término griego significa tener un peso encima, una presión intensa. Cuando estamos pasando por situaciones de mucha presión Dios cierra todas las rutas de escape, pero se mantiene cerca y nos dirige con su mano para que podamos aprender lecciones valiosas en vez de huir de las dificultades. Annie Johnson Flint describe esos escenarios muy comunes para todos nosotros, momentos de presión ineludible:
Bajo presión de una medida y bajo presión duradera;
Bajo presión intensa que parece mayor a nuestras fuerzas.
Bajo presión en el cuerpo y bajo presión en el alma;
Bajo presión en la mente donde la oscuridad se adueña;
Bajo presión por los enemigos y bajo presión por los amigos;
Bajo presión por la presión, hasta que parezca que la vida acaba.
Bajo presión de la vara y el cayado;
Bajo presión hasta entender que no tenemos más ayuda que Dios.
Bajo presión hasta alcanzar la libertad donde nada se adhiere a nosotros;
Bajo presión hasta llegar a la fe de las cosas imposibles.
Bajo presión hasta llegar a vivir en el Señor;
Bajo presión hasta llegar a derramarnos como Cristo.
David, después de contemplar estas verdades, exclama: «Tal conocimiento me es maravilloso; tan alto que no lo puedo alcanzar» (v. 6). Tan maravillosas eran estas pruebas del conocimiento y el control de Dios que David no podía contener sus emociones. Su problema de identidad había comenzado a disiparse al darse cuenta que Dios consideraba que sus eran criaturas importantes y significativas. Él nos conoce. Él escudriña nuestras vidas. Él nos estudia y nos dirige veinticuatro horas al día. Aun cuando esto puede ser difícil de comprender, es cierto. ¿Qué tan bien me conoce Dios? ¡Completamente!
Afirmando el alma: ¿Cómo se siente al saber que Dios pone límites a su alrededor? ¿Cuál cree usted que es la relación entre la libertad y la madurez? ¿Puede usted pensar en una buena ilustración acerca de cómo el amor y las restricciones funcionan juntos por el bienestar de algo o de alguien?
Adaptado del libro, Viviendo los Salmos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2013). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2019 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.