2 Timoteo 4:5-8
Como hemos venido discutiendo, hay hogares e iglesias hoy a través del mundo que son habitados por los fantasmas de los Efraín, hombres quienes eran hábiles y completamente equipados para la batalla, pero quienes dieron la espalda y huyeron cuando las cosas se pusieron difíciles (vea Salmos 78:9).
Sí, «Démonos por vencidos» son palabras comunes en los hogares. Un matrimonio se pone tembloroso y recibe un par de remezones fuertes —«Démonos por vencidos». Cuando un sueño o una meta de vida personal se enfrenta a impedimentos y dificultades —pronto el sueño y la meta son ambos olvidados. A poco tiempo comenzamos a parecernos a Roma en sus últimos días —una máscara magnífica por fuera, de estatura impresionante. . . falto de fuerza interior. . . blando y gelatinoso en su centro, con una falta desesperante de disciplina y determinación.
No hay un logro que valga la pena recordar que no esté manchado con la sangre de la diligencia y rayada por las cicatrices de la desilusión. Correr, darse por vencido, escapar, aun escapar no resuelve nada. . . solo posterga el enfrentamiento con la realidad. Puede que se sienta bien por ahora, pero es un desastre cuando llega el momento de pagar las cuentas.
¿Está usted enfrentando hoy una batalla difícil? ¡No salga corriendo! Párese firme. . . y rehúse huir. Mire su situación como Dios la ve y tome de Su poder para sostenerse ante la ráfaga. Claro, es difícil. Nadie ha dicho alguna vez que la vida cristiana sea fácil. Dios nunca le prometió un Disneylandia. Él ofrece algo mejor —Su propia presencia sustentadora a través de cualquier problema que podamos enfrentar.
Nunca he sido un gran admirador de Harry S. Truman, presidente de los Estados Unidos de 1945 a 1952 —pero, a veces, admiré su resistencia. A menudo, durante su presidencia, arreciaba la batalla y en una ocasión él la enfrentó con estas palabras:
«¡Si a usted no le gusta el calor, salga de la cocina!»
No he conocido a nadie que haya podido mantenerse fuerte sin que haya pasado tiempo en la cocina. Los de Efraín están muy mal nutridos. Por lo que mi recomendación es un poco diferente a la de Truman:
«¡Si a usted no le gusta el calor—quédese en la cocina y aprenda a superarlo!»
Tomado de Come Before Winter and Share My Hope, Copyright © 1985, 1988, 1994 por Charles R. Swindoll, Inc. Todos los derechos reservados mundialmente. Usado con permiso.