Daniel 1:17-20; 2:19-23

Por el lado que lo mire, la ignorancia no produce felicidad. Vístalo de la ropa que quiera, la ignorancia no es atractiva. Tampoco es una señal de humildad, ni es el camino hacia la espiritualidad. Ciertamente no es el compañero de la sabiduría.

Al contrario, la ignorancia es el terreno fértil para el temor, el prejuicio y la superstición. . . el comedero de animales que no piensan. . . el campo de entrenamiento para la esclavitud. Es ciega y desnuda (de acuerdo al poeta Tennyson), la madre de la impudencia (de acuerdo al predicador Spurgeon), trae oscuridad desesperante (de acuerdo al dramaturgo Shakespeare), nunca resuelve una duda (de acuerdo al primer ministro Disraeli) ni promueve la inocencia (de acuerdo al poeta Browning). Aun así, permanece como la respuesta favorita de los culpables, la excusa de los flojos y hasta la justificación del cristiano para la inmadurez.

¡No debiéramos caer en esa trampa! Nuestros padres espirituales no lo hicieron. Trace su herencia hasta Moisés y encontrará que al pueblo de Dios se le dio la Verdad de Dios en forma escrita para que ellos pudieran saber y sus hijos pudieran saber el camino correcto que tomar.

En el tiempo de Samuel, «una escuela de profetas» fue formada para quitar la ignorancia de entre la gente.

Esta filosofía pasó al Nuevo Testamento cuando Jesús, a menudo, reprendió a Sus oyentes por no leer, no saber los principios fundamentales para la vida. Cuan frecuentemente Pablo expresó convicciones similares con palabras firmes, tales como «tienen que estar al tanto». El Doctor Lucas comendó a la iglesia de Berea porque «día tras día examinaban las Escrituras para ver si Pablo y Silas enseñaban la verdad» (Hechos 17:11).

Daniel y sus tres compañeros hebreos, mencionados en Daniel 1, proveen uno de los muchos ejemplos bíblicos del uso del intelecto humano para los propósitos de Dios. A medida que usted lea la porción bíblica para hoy, note la calidad y el origen del intelecto de Daniel.

¿Qué puede hacer usted para recibir plenamente las riquezas mentales que Dios pone a su disposición? ¿Cómo puede empezar a hacerlo hoy?

Tomado de Come Before Winter and Share My Hope, Copyright © 1985, 1988, 1994 por Charles R. Swindoll, Inc. Todos los derechos reservados mundialmente. Usado con permiso.