Salmos 23

David concluye su canción sobre las ovejas y mientras reflexiona en la fidelidad y el cuidado de Dios a través de su vida, David considera su futuro.

Versículo 6
El Pastor que sabe que somos propensos a deambular, que somos propensos a alejarnos de Dios, nos ama y nos envía sus compañeros fieles: el bien y la misericordia. Nuestro Dios trata con nosotros con bondad y con compasión. Esa es la gran diferencia entre Dios y el ser humano. Si se le pide a un ser humano que busque un alma descarriada, lo hará con impaciencia y con una actitud de amargura y venganza, especialmente si la búsqueda es larga. Pero con Dios, siempre hay bondad y misericordia.

Estoy convencido que una de las razones por las cuales el hijo pródigo «volvió a sus sentidos» y finalmente regresó a casa fue por la bondad que su padre le tenía. No existe un imán más fuerte que el amor genuino.

El amor ha atraído más extraviados y ha suavizado más corazones de piedra que cualquier otra cosa. Por eso es fácil entender que el bien y la misericordia andan con nosotros «todos los días». ¡Dios sabe que es lo que funciona mejor! Los métodos de nuestro Señor son muy variados.

Recuérdelo. Dios sabe cómo tratar con sus hijos. Más específicamente aun, Dios sabe cómo tratar con usted. Su cuidado le seguirá todos los días de su vida. Sus circunstancias en este momento son parte del plan de Dios para usted.

Esta maravillosa canción concluye con un pensamiento familiar y reconfortante: «En la casa del Señor moraré por días sin fin». El salmista no se está refiriendo a un lugar. Más bien se está refiriendo a una persona. Note que el Salmo 23 comienza y termina con la palabra, «Señor». David deseaba estar en la casa de su Señor porque eso significaba estar en la presencia de su Señor.

¿Lo ve? El objetivo principal del corazón de David era tener una relación cara a cara con su Señor para siempre. En vez de una vaga incertidumbre, el tenía una confianza plena. Los cristianos disfrutaremos una comunión interminable con Dios en el momento en que demos nuestro último respiro aquí en la tierra. ¡Qué maravillosa seguridad!

Eso es exactamente lo que Jesucristo promete a los que creen en él. No es un simple, ֿ«tal vez» sino es un resonante, «¡estoy seguro!» En él tenemos todo lo que necesitamos.

Afirmando el alma: ¿Se ha sentido un poco incierto últimamente, quizás un poco inseguro acerca del futuro? ¿Conoce usted a alguien que se sienta de la misma forma? Repase nuevamente el Salmo 23, luego llame y anime a aquella persona que está pasando por el afán de la incertidumbre y cuéntele lo que ha descubierto en esta canción de la oveja. Puede que le sorprenda el estímulo que usted mismo reciba.

 

No existe un imán más fuerte que el amor genuino.

Charles R. Swindoll Tweet esto

Adaptado del libro, Viviendo los Salmos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2013). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2019 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.