Hechos 9: 28—31
La paráfrasis de la Biblia, The Message, (El Mensaje), Eugene Peterson, Resume hermosamente esta parte de la narración: «Las cosas se calmaron después de eso y la Iglesia no tuvo problemas durante un tiempo. En toda la región –Judea, Samaria, Galilea– la Iglesia crecía. Estaban impregnados por una profunda sensación de reverencia a Dios. El Espíritu Santo estaba con ellos, fortaleciéndolos. Y prosperaban maravillosamente».
Las iglesias no necesitan a Saulo. En Tarso, él tuvo tiempo para aprender que él era quien las necesitaba a ellas. No era independiente. Había descubierto el valor de la dependencia. Lamentablemente, hay quienes nunca aprenden esto.
Es un buen momento para hacer una pausa y dar un salto de 20 siglos hasta el día de hoy. Aprenda a apreciar y aceptar el valor de las demás personas. No trate de ser autosuficiente. Antes que ver a quienes le rodean como estorbos, dese cuenta de su valor. Recuerde que ellas tienen un rol estratégico en su supervivencia y en su éxito. Dios rara vez nos pide que volemos solos. Cuando Él nos impulsa a remontar las alturas, hay seguridad cuando otros se elevan junto con nosotros.
Dios ha dispuesto que su Iglesia sea esa clase de red de apoyo para todos nosotros. Nadie puede manejar todas las presiones por mucho tiempo. ¡El compañerismo y la responsabilidad ante los demás son esenciales!
Es posible que usted esté resistiendo la idea de ser un miembro activo de una Iglesia, o ser parte de un grupo pequeño de compañerismo en ella. Piensa que no necesita de nadie, y hasta ahora su plan ha funcionado bien. Pero no pasará mucho tiempo sin que los fuertes vientos de la adversidad le derriben, necesitará que alguien le levante. No permita que un terco espíritu de independencia le robe el gozo de compartir con otros su vida, sus debilidades sus fracasos y sus sueños. Usted y yo no somos indispensables. Usted y yo no somos irreemplazables. Dios sí es ambas cosas. Lo es su Iglesia. Él está buscando vasos destrozados, corazones heridos y siervos humildes, incluso a quienes tienen un triste pasado con algunas cicatrices, y que han aprendido a no esconder las negarlas, a personas que entienden y aprecian el valor de los demás. ¿Es usted ese tipo de persona?
Adaptado del libro, Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2019 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.