Ester 2: 19—3: 15
Un solo misionero invierte toda su vida en un lugar remoto y toda una tribu es finalmente evangelizada. Un solo estadista se levanta por la verdad y una nación es salvada. Un solo ciudadano tesonero y valiente dice: «Estoy en contra de esta vileza» y una comunidad se levanta moralmente y cambia su dirección.
Así mismo, una sola mujer decidió que valía la pena romper el protocolo y decir lo que pensaba y un pueblo fue librado.
Los judíos habían sido amenazados con el exterminio. El perverso Amán había influenciado al rey Asuero con sus promesas: «Gracias a mi plan, puedo poner dinero en tus arcas y limpiar al país de esa gente que se niega a inclinarse ante ti y a adorarte como rey». Aunque esto complacía el orgullo del rey, el plan tenía todos los ingredientes de la peor clase de holocausto: «Los judíos no seguirán viviendo en este país. Nos libraremos de esta gente».
En caso de que usted se esté preguntando qué impacto tuvo esto en la comunidad vuelva a la última frase que aparece en el capítulo 3: «La ciudad de Susa estaba consternada». ¡Esa tenía que ser una declaración exageradamente modesta!
Mientras Amán y Asuero se divertían a sus anchas en el palacio, toda la gente iba de un lado a otro confusa y preocupada, especialmente los judío, no muy diferente a lo que sucedía con los del gueto de Varsovia y a otras escenas de horror de finales de la década de los años 30 y comienzo de los años 40. «¿Qué está sucediendo?» «¿Por qué las autoridades ordenaron esto?» «¿Cuánto más van a empeorar las cosas?»
¡Qué sentimientos de terror había en sus corazones, y qué temor en sus mentes! «¿Cómo podremos salvarnos?» «¿Cómo podremos enfrentar esto?» Recuerde que era la ley de los medas y los persas. Cuando en ese tiempo se emitía un decreto, este era definitivo y nadie podía cambiar ese plan, ni siquiera el rey, mucho menos un judío. El desaliento degeneró rápidamente en desesperación.
Pero, en medio de todo esto, Dios no estaba durmiendo. En su soberano plan, Él había determinado que una persona se pondría en la brecha, y su nombre es Ester.
Adaptado del libro, Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2019 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.