Salmos 137

¿Respondió Dios el ruego del Salmo 137? ¡Absolutamente! Después de setenta años en el exilio, todos los judíos que deseaban regresar y reconstruir la ciudad de Jerusalén y restaurar el templo pudieron hacerlo. Y los judíos aprendieron su elección. Aunque después de su castigo, los judíos siguieron pecando, nunca volvieron a la idolatría. Y hasta la fecha, su reverencia hacia las Escrituras del Antiguo Testamento no tiene igual.

El Señor también cumplió su promesa de juzgar a Babilonia por sus atrocidades. Él había predicho que haría que esa ciudad poderosa y enorme se convirtiera en una «perpetua desolación» (Jeremías 25:12). Y así fue. Los persas no solo invadieron a los babilonios, los desaparecieron de la faz de la tierra. Lo único que quedó fueron las ruinas de la ciudad. Babilonia sigue siendo una tierra desolada y estéril junto a los rieles de Bagdad, sin mucho que ofrecer a los arqueólogos. La ciudad es un testamento duradero de la fidelidad de Dios que demuestra que él hace lo que promete.

El Salmo 137 ciertamente es relevante. Le habla al creyente que sufre la consecuencia de su pecado, que trata en vano de «cantar la canción del Señor en una tierra extranjera». Esta canción hace que nuestros corazones se vuelvan a Él solamente, porque solo Él puede satisfacer nuestras necesidades más profundas. Nos da un patrón a seguir cuando hemos sido severamente maltratados. Y nos recuerda que nuestro Dios puede vengarse de aquellos que nos persiguen y dicen toda clase de cosas contra nosotros mintiendo. Tal como Romanos 12:19-21 nos recuerda, Dios puede y se encargará de todos esos deseos de retribución que tenemos. Él lo puede hacer, pero nosotros necesitamos hacernos a un lado y dejar que él lo haga a su manera.

Si usted está enfrentando el afán de las consecuencias duraderas debido a una época de desobediencia en su vida, usted puede entender esta canción. Cuando la lea, recuerde que usted no está solo en este sufrimiento. El dolor puede ser severo y duradero, pero le tengo una buena noticia: ese dolor no es eterno.

Afirmando el alma: En lo que resta de esta semana, ore por cualquier cristiano que usted piensa que ha caído. Un esposo o una esposa, un político, un ministro, un líder, un amigo, cualquiera. Pídale a Dios que traiga esperanza y restauración a su vida. Luego piense en situaciones prácticas en las que usted puede ayudarle a aliviar un poco el afán de las consecuencias duraderas.

Adaptado del libro, Viviendo los Salmos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2013). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2019 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.