1 Corintios 15:50-58

Una noche, mi esposa y yo estábamos disfrutando juntos una conversación tranquila. Estábamos tomando sorbos de café recién pasado, la casa estaba inusualmente quieta y esa noche no había planes para salir a ningún lado. Usted sabe, uno de esos momentos inestimables que usted deseara envolver y conservar para uso posterior, cuando realmente lo vuelva a necesitar.

Por alguna extraña razón, nuestra conversación hizo un giro hacia el tema del retorno de Cristo. Casi de la nada, me encontré siguiendo esa línea de pensamiento más allá de lo que había hecho en meses. En medio de risitas, ambos Cynthia y yo hicimos comentarios acerca de dejar que las personas en la tribulación se preocupen de las molestias con las que nosotros tenemos que lidiar ahora —como ¡sacar la basura o haciendo paisajismo en el patio trasero! También sonreímos juntos, contemplando las alegrías que serán nuestras para compartir durante nuestras vidas por toda la eternidad con familia y amigos en el Cuerpo de Cristo.

Mientras que la noche se iba escapando, seguí volviendo al pensamiento de que «Él regresará. ¡Qué diferencia hará eso!». Es notorio, cuando uno hace un alto y se pone específico acerca de ello, cuántas cosas que nosotros tomamos por sentado serán repentinamente quitadas o cambiadas de manera drástica. Piense en eso.

¿Será un desperdicio enfocarse en el descenso del Señor? Al contrario. Es algo bíblico; es la cosa misma que Tito 2:13 nos dice que debemos hacer:

«mientras anhelamos con esperanza ese día maravilloso en que se revele la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo».

¿Cuándo fue la última vez que usted —por cuenta propia— meditó sobre ese hecho? Si usted es como yo, ha pasado demasiado tiempo. Personas que son más prácticas que místicas, que son realistas en vez de idealistas, tienden a meter esas cosas en ocasiones como funerales o experiencias cercanas a la muerte. La mayoría de nosotros estamos orientados al aquí-y-ahora en vez del entonces-y- más allá. Pero la Escritura dice: «anímense unos a otros» (Tesalonicenses 4:13-18) con información sobre el regreso de Jesús por nosotros. También dice: «permanezcan fuertes y constantes. Trabajen siempre. . . con entusiasmo» (1 Corintios 15:50-58), dando a entender que estas verdades sobre Su regreso forman el fundamento mismo de un estilo de vida abundante.

Escuche, la Biblia nuestra está llena y rebosante de promesas y palabras de ánimo relacionadas de manera directa con el regreso de Cristo. Recién lo comprobé. La Segunda Venida no es solo insinuada, es destacada —es un tema obvio de la verdad neotestamentaria. Usted no puede avanzar mucho en la lectura sin tropezarse con ella, sin importar el libro que escoja. Solo en el Nuevo Testamento, los eventos relacionados a la venida de Cristo son mencionados más de 300 veces. Es como el color blanco en el arroz.

Los críticos lo han negado. Los cínicos se han reído de ello. Los académicos lo han ignorado. Los teólogos liberales lo han trastocado con sus explicaciones (a eso lo llaman «repensándolo») y los fanáticos lo han pervertido. Muchos todavía gritan con sarcasmo: «¿Qué pasó con la promesa de que Jesús iba a volver?» (2 Pedro 3:4). El regreso del Señor seguirá siendo atacado y mal usado y negado. Pero allí permanece, sólido como una roca, listo para ofrecernos esperanza y ánimo en medio de la desesperanza y la falta de fe.

«Está bien, perfecto. Pero ¿qué debo hacer mientras tanto?». Puedo oír a una decena o más de pragmáticos haciendo esa pregunta. Primero, puede ser mejor que usted entienda lo que no debe hacer. Usted no debe buscarse una túnica blanca y comprar un globo lleno de helio con ángeles pintados por fuera. Y, por favor, ¡no intente establecer la fecha basado en «las señales de los tiempos!».

Usted debe poner su vida en orden. debe vivir cada día (como si fuera su último) para la gloria de Él. debe trabajar con diligencia en su empleo y en su hogar (como si Él no viene sino después de diez años más) por amor a Su Nombre. debe dejar caer sal en cada oportunidad que se presente. . . y mantenerse equilibrado, alegre, asequible y estable, día tras día anticipando Su regreso. Aparte de eso, no sé qué decirle.

Excepto quizás que, si no está absolutamente listo para volar, consiga su boleto cuanto antes. Son gratis, mientras siguen disponibles. Pero no demore. Para cuando haya tomado la decisión, la cosa entera puede haber sucedido, dejándolo mirando para atrás en vez de para arriba.

¿De qué sirve un boleto después de que el evento haya terminado?

Tomado de Come Before Winter and Share My Hope, Copyright © 1985, 1988, 1994 por Charles R. Swindoll, Inc. Todos los derechos reservados mundialmente. Usado con permiso.