Proverbios 10, 15-17, 25-27

AI ir examinando las cinco clases de conversaciones constructivas que se presentan en el libro de Proverbios, debemos aceptar que no todas las conversaciones constructivas son placenteras. De hecho, el uso más útil de la lengua puede ser bastante incómodo para todos en la conversación: el emisor, el receptor y los que están escuchando. Por demás, palabras placenteras y refrescantes dadas en un mal contexto pueden llevar al desastre.
Veamos entonces algo sobre la reprensión y exhortación espiritual:

El insensato menosprecia la disciplina de su padre, pero el que acepta la reprensión llega a ser sagaz (15:5).

La disciplina le parece mal al que abandona el camino, y el que aborrece la reprensión morirá (15:10).

El oído que atiende a la reprensión de la vida vivirá entre los sabios. El que tiene en poco la disciplina menosprecia su vida, pero el que acepta la reprensión adquiere entendimiento (15:31, 32).

Fieles son las heridas que causa el que ama, pero engañosos son los besos del que aborrece (27:6).

El que reprende al hombre hallará después mayor gracia que el que lo lisonjea con la lengua (28:23).

Heridas amistosas
Aunque no sucede con frecuencia, la reprensión es algo muy esencial. Haga una pausa y piense en una ocasión cuando alguien sabiamente le reprendió firmemente por su comportamiento o su actitud y por ello ahora es una mejor persona. Observe nuevamente Proverbios 27:6. Lo voy a parafrasear utilizando el texto hebreo como nuestra guía:

«Los moretones causados por la herida de alguien que le ama son buenos; pero la lisonja de alguien que le odia es engañosa».

Esto nos dice varias cosas:
• La persona que hace la reprensión debe ser alguien que ama a la persona que está reprendiendo.
• Un moretón tiende a durar más que la herida; no se olvida pronto.
• La amistad debe dar espacio para que haya crítica constructiva.
• No todos los elogios se ofrecen con la motivación correcta.

Mucho de este asunto de la reprensión tiene que ver con el discernimiento y la discreción. Existe la forma correcta y el momento correcto (sin mencionar el motivo correcto) para reprender a alguien que uno ama. Si la motivación de su amigo es ayudarle, esas «heridas» se darán en el mejor momento y en privado, enfocándose en el asunto especifico y buscando un progreso a largo plazo que incluya mucha afirmación y ánimo.

Considere lo que el sabio escribió:
Manzana de oro con adornos de plata es la palabra dicha oportunamente. Como zarcillo de oro y joya de oro fino es el que reprende al sabio que tiene oído dócil (25:11, 12).

Estas «heridas» restauradoras deben mezclarse con palabras de afirmación y ánimo. De hecho, por cada diez palabras de ánimo debe haber una de crítica. En otras palabras, cuando me toca hablar con un empleado o un voluntario del ministerio, intento animarlo lo más posible. Entonces, si debo reprobar o dar alguna crítica constructiva, la persona sabe que esa herida viene de un líder que lo ama y lo aprecia.

Palabras de ánimo
El hombre se alegra con la respuesta de su boca; y la palabra dicha a tiempo, ¡cuán buena es! (15:23).

La luz de los ojos alegra el corazón y una buena noticia nutre los huesos (15:30).

Panal de miel son los dichos agradables; son dulces al alma y saludables al cuerpo (16:24).

Al usar la palabra «ánimo» me refiero a esas expresiones sinceras de afirmación y gratitud que se darle honestamente a otra persona, ya sea en privado o en público, dependiendo de la ocasión. No lo hacemos con mucha frecuencia, pero en realidad es una muestra de la madurez de un individuo.

Reflexión: ¿Cuántas veces a la semana anima a las personas que están más cerca de usted? Piense en el último mes y piense un estimado.

  1. Su cónyuge o un ser querido
  2. Sus hijos
  3. Amigos
  4. Colegas de trabajo
  5. Empleados

Busque la oportunidad de edificar a los que están a su alrededor con palabras genuinas de afirmación, apreciación, admiración y ánimo.

Adaptado del libro, Viviendo los Proverbios  (Editorial Mundo Hispano, 2014). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2018 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.