1 Samuel 15:1-35

Aunque he conocido gente así, no puedo, sin embargo, entender la actitud de Saúl. ¿Cómo puede ser tan torpe una persona? Desobedeció el mandamiento expreso del Señor, quedándose no con unas pocas cosas que eran anatema, sino con todo lo que era valor. Además de no tener cerebro, no tenía vergüenza. En vez de sentirse humillado por la culpa, se erigió un monumento a sí mismo para conmemorar es día. Acán por lo menos, tuvo el buen juicio de avergonzarse de su pecado. ¡Pero Saúl no! De alguna manera, se las arregló para torcer los acontecimientos y alterar los hechos, con el fin de presentarse como el héroe de Dios.

La respuesta de Samuel es divertidísima: «Entonces, ¿qué es ese balido de ovejas en mis oídos y el mugido de vacas que oigo?» (1 Samuel 15:14).

Es asombroso como unos sencillos hechos pueden poner tan fácilmente en actividad a un corazón mentiroso.

Encuentro dos principios imperecederos en acción en la historia de Saúl, que merecen nuestra atención.

Primero: La manera como uno termina, es más importante que la manera como uno comienza.

Nadie se gradúa de la universidad, pensando: «Muy bien y ahora ¿cómo fracaso?». Ningún novio o ninguna novia les dice a los invitados de su boda: «Disfruten de la fiesta; esto no va a durar más de dos años». Solo cuando un hombre o una mujer terminan bien, podemos decir que tuvieron éxito en la vida. Un buen comienzo no garantiza un buen final. Un final feliz es el resultado de las buenas decisiones, y de una disciplina fiel y constante durante toda la vida.

Segundo: El pretexto es desobediencia, porque se niega a aceptar la verdad. He escuchado decir que la mentira más destructiva es la que uno se dice a uno mismo. La justificación de los errores es una forma perversa de autoengaño. Comienza siendo pequeña, por lo general con algo inocente, y calladamente tuerce la mente para definir la verdad a su conveniencia. Al final, la mente autoengañada justifica todo de manera tan conveniente, tan automáticamente, que la persona no tiene idea de lo absurda que se ha vuelto su conducta. Nunca lo olvide nadie es inmune.

Adaptado del libro, Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2019 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.