Amós 3:7-8

¿Se ha dado cuenta? Algunas personas tienen una habilidad misteriosa de ver lejos en el futuro, haciendo que usted se sienta como si está funcionando en las sombras del ayer. Mientras que usted y yo estamos evaluando el pasado reciente, esas personas de mirada futura se las pasan explorando hacia donde se dirigen. En lugar de reaccionar, ellos están a la ofensiva. . . tanteando, innovando, analizando y advirtiendo‒ siempre advirtiendo. Mientras que nosotros buscamos maneras de asentarnos y acomodarnos en nuestro entorno como si fuera un sofá, ellos están confrontando las consecuencias de la realidad, lidiando con ello antes de que nosotros nos demos cuenta siquiera de que nuestras acciones traerán consecuencias.

Supongo que debiéramos llamarlos profetas. . . videntes que fruncen el ceño mientras que otros bostezan. . . almas inquietas, preocupadas y contemplativas. No son muy diferentes de los personajes en una caricatura provocadora de reflexión que fue publicada años atrás. El mensaje completo está enmarcado en un solo cuadro en que las imágenes de un hombre y una mujer están cayendo de cabeza por el aire.

«¡Gertrudis», dice el hombre, «no podemos seguir viviendo así!»

Aquellos que duermen en la somnolienta y tibia entre luz del ocaso, encontrando una gran medida de seguridad en la mediocridad y predictibilidad de lo mismo de siempre, no pueden hacerse ver ni el potencial del peligro, ni la posibilidad de la tragedia. Pero aquellos que ven que su mundo va a la deriva, moviéndose demasiado rápidamente hacia un desolado y desastroso amanecer, gritan por sobre el abismo de la complacencia: «¡No podemos seguir viviendo así!».

Puede ser que no estén de cabeza después de todo. Solo parece que lo estuvieran. Pensando anticipadamente los mantiene patas arriba en sus cabezas. Mientras que los turistas hablantines se ríen y toman fotos de las tierras bajas usando filtros rosados, los trepadores determinados han escalado las cumbres escarpadas. Les da una vista realista de lo que viene. La tormenta que viene mañana no les permite disfrutar la calma de hoy. Es difícil convivir con ellos, a veces son imposibles de entender.

Robert Greenleaf, en su libro clásico Servant Leadership [Liderazgo de siervo], recuerda una historia que surgió de una composición de Beethoven: Cuarteto en Do sostenido menor, Opus 131. La primera vez que esta fue interpretada durante la vida del compositor, parecía ser totalmente diferente a todo lo que el maestro había compuesto anteriormente. «Ludwig», le preguntó un amigo, «¿qué ha pasado? Ya no te entendemos». Se ha reportado que Beethoven, con un suspiro, respondió: «He dicho todo lo que tengo que decir a mis contemporáneos; ahora estoy hablándole al futuro».

Si usted es uno de esos videntes, un pensador sobre el mañana en un mundo de personas que se mantienen en el pasado, ánimo. Reconozca que usted debe ser consecuente con quien es. Si bien es posible que no sea aplaudido por dar advertencias, será premiado por sus esfuerzos. Solo sea paciente con los que no tienen la misma energía y entusiasmo. Diga lo que le toque decir, haga su contribución, grite si es necesario. . . pero tenga en mente que es raro que a los profetas se les haga caso, raro que se les agradezca, y nunca son populares.

Mañana hablaremos más sobre ese tema.

Tomado de Come Before Winter and Share My Hope, Copyright © 1985, 1988, 1994 por Charles R. Swindoll, Inc. Todos los derechos reservados mundialmente. Usado con permiso.