Proverbios 4:4

Retenga tu corazón mis razones,
Guarda mis mandamientos, y vivirás.

Proverbios 4:4

José era un hombre bien parecido que, sin querer hacerlo, captó el ojo de [una] mujer (Génesis 39:6) . . .

La esposa de Potifar fue audaz y desvergonzadamente agresiva [hacia José]: «Acuéstate conmigo. Tengamos relaciones sexuales» (Génesis 39:7). La mayoría de los demás, entonces y ahora, hubieran sido tomados por sorpresa y por lo menos por un momento se hubieran sentido halagados . . .  Pero no José; ni por un instante. Sin vacilación, y estando absolutamente seguro de sí mismo y en su Dios, respondió con igual intrepidez . . .

¡Rehusó! . . . No se olvide de esa maravillosa palabra. Allí estaba una mujer egipcia ofreciéndole un cuerpo y un joven criado judío siendo tentado por su audaz avance. Y ¿qué? Él rehusó. ¡Dijo que NO! . . .

¿Cómo pudo hacer eso? Dos razones: su lealtad a su amo, Potifar . . . y su lealtad a Dios (Génesis 39:9).

Adaptado del libro, Sabiduría Para el Camino: Palabras Sabias para Personas Ocupadas (Grupo Nelson 2008). Copyright © 2008 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.