Juan 7:1-14
Como hemos estado dialogando, hay ciertos momentos en que es necesario quedar callados, relajarnos y tomar un paso atrás. A menudo, la intensidad conduce a la futilidad. Como el pequeño niño que planta la semilla y después, inquietamente, cada día la desentierra para ver si está creciendo. Esperar es tan necesario como lo es plantar y fertilizar.
Cuando los peces no están picando, golpear el agua con el remo no ayudará. No se puede sacar savia del astil de la azada. Tampoco se puede corregir una relación por legislación o a la fuerza. Recuerde, Dios dice que hay «un tiempo para apartarse» (Eclesiastés 3:5) así como hay un tiempo para abrazar. «Un tiempo para dejar de buscar» (3:6) puede, en algunas ocasiones, ser la respuesta más sabia, aunque extremadamente dolorosa. A veces significa simplemente permanecer en silencio y permitir que Dios obre. En otras palabras, tome un paso para atrás para que Dios pueda entrar en el asunto. Esto nunca es más esencial que en un hogar entre los miembros de una familia. Dejando aflojar la cuerda, en el momento preciso, es señal de verdadera sabiduría.
¡Qué difícil píldora que tragar para los padres que son tensos! Inquietos por la impaciencia, la rigidez y una determinación que no se doblega, ellos entran corriendo donde los ángeles temen pisar. ¿El resultado? Hijos exasperados. Cuartos atochados de amenazas y presiones que irritan.
Muchachos jóvenes pueden hacer esto con las muchachas con las que salen en citas. Ella desea espacio para poder respirar tranquila, espacio para pensar bien las cosas por sí misma, pero él la ahoga con presión. Podemos hacer esto con personas a quienes hemos ofendido. Ellas necesitan tiempo para reflexionar, libertad para perdonar sin ser apuradas. Presionar para que haya un cierre del asunto es como cuando un vendedor le presiona a comprar cuando usted está tratando de decidir lo que es mejor. Mientras él habla más rápidamente e insiste con más fuerza, menos interés tiene usted en hacer la compra; aun cuando sea algo que usted necesite. El vendedor sabio conoce cuando dejarle el privilegio de decidir por sí mismo; cuando tomar un paso atrás y dejarlo solo.
Nadie puede comer cuando está sollozando. Servirle más comida no es la solución. El apetito regresará cuando la agonía mengüe. . . y no antes. Eso toma tiempo.
Pare y medite. Piense primero en su familia. Después en otros amigos suyos. ¿Está usted siendo sabio o necio? ¿Está usted usando la fuerza o dando libertad? ¿Es usted insistente o paciente? ¿Es usted intimidante con su intensidad. . . o toma un paso atrás y se relaja? ¿Está usted permitiendo que la neblina se disipe, o está despegando ciegamente en un vuelo peligroso?
¿Quiere ir más profundo? Lea Juan 7:1-14 y note cómo, en ocasiones, Jesús «tomó un paso atrás». Analice de cerca Sus palabras a través de Juan 7 para encontrar las claves para entender cuando sí y cuando no tomar un paso atrás.
Tomado de Come Before Winter and Share My Hope, Copyright © 1985, 1988, 1994 por Charles R. Swindoll, Inc. Todos los derechos reservados mundialmente. Usado con permiso.