Ester 4: 12—17
Entre los capítulos 4 y 5 de este antiguo libro de Ester, hay una pausa de tiempo. Es un espacio de suspenso en el que no sabemos qué está sucediendo. No hay nada escrito que podamos leer. Al final del capítulo 4 dejamos a Ester cuando esta le manda a decir a Mardoqueo que iba a presentarse delante del rey sin ser invitada, lo cual podía significar su muerte inmediata. Luego hay una pausa solemne, y retomamos la historia en el capítulo 5, y 3 días después cuando Ester está preparándose para entrar a la presencia del rey sin saber qué le reserva el futuro. Literalmente desobedece la ley del país importunando consciente y deliberadamente al rey.
Este espacio representa un interludio silencioso pero importantísimo en el que Ester acude a su fuente de fortaleza. Qué fácil nos resulta olvidarnos de esa fuente. Qué fácil nos resulta creer que ella nació con la consciencia de una madre Teresa de Calcuta y con la valentía de una Juana de Arco. Sin embargo, de la misma manera que nadie nace con prejuicios nadie nace tampoco siendo valeroso.
Permítame hacer una pausa aquí para hacerle un par de preguntas muy personales. ¿Enseña usted a sus hijos a salir en defensa de lo que creen? ¿Está enseñando a sus nietos a ser personas de carácter, cueste lo que cueste? Así es como aprenderán a tenerlo. Déjeme hacerle ahora una pregunta más aguda. ¿Está usted siendo un ejemplo de verdadero carácter? Eso dejará grabado el mensaje de manera permanente en sus mentes.
Ester no vino a este mundo con una conciencia sensible y un corazón valiente. Lo aprendió de su primo Mardoqueo, quien se convirtió en su mentor y padre adoptivo. Él sabía hasta dónde podía llevarla con el desafío que le hizo. Ella estuvo a la altura del reto y dijo: «Haré exactamente lo que me has enseñado a hacer».
Proverbios 22: 6 dice: «Instruye al niño en su camino; y aun cuando sea viejo, no se apartará de él».
Adaptado del libro, Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2019 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.