Salmos 116

El lamento de salmista en el Salmo 116 continúa mostrando razones por las cuales podemos amar al Señor, a pesar de que estemos enfrentando dolor y sufrimiento.

Porque me cuida

Vuelve, oh alma mía, a tu reposo porque el Señor te ha favorecido (v. 7).

La palabra, «favorecido» viene del hebreo «gamal» que significa hacer algo completamente o totalmente para alguien o para algo. Con frecuencia, sugiere la idea de una recompensa. En lenguaje actual podríamos parafrasear el versículo de esta manera: «ya que el Señor me cuida tanto, le amaré como recompensa». En otras palabras, Dios no es tacaño cuando nos provee, cuando nos cuida, cuando nos rodea con su cuidado vigilante. Cuando el salmista se da cuenta que Dios le ha sostenido en su dolor, esa pregunta: «¿Qué le daré al Señor?»

Podríamos pensar en otras preguntas: ¿cómo puedo devolverle mi agradecimiento? ¿Cuál podría ser una prueba suficiente de mi gratitud? Dios ha hecho tanto, tanto, tanto. ¿De qué manera puedo ofrecerle adecuadamente mi apreciación por él? ¿Cómo le podría pagar? El compositor ofrece tres respuestas: (1) proclamar sus beneficios, (2) cumplir mis votos, (3) alabar su nombre. Consideremos cada una de ellas.

Proclamaré sus beneficios

 Alzaré la copa de la salvación e invocaré el nombre del Señor (v. 13).

¿Qué significa «Alzaré la copa de la salvación?» En el Antiguo Testamento la palabra «copa» con frecuencia se utilizaba para denotar la abundancia. Quizá recuerde que en el Salmo 23:5 David dice, «mi copa está rebosando». La otra palabra, «salvación», aparece actualmente en la Biblia hebrea en su forma plural, o sea, «salvaciones». La mejor forma en que podemos traducir esa palabra para que la entendamos mejor es usando la palabra, «liberación». El salmista expresa su alabanza a Dios por la gran abundancia de liberaciones. El versículo diría literalmente: «En el nombre del Señor, proclamaré». Transmite la idea de exclamar abiertamente que Dios es su libertador.

Este asunto de hacer una proclamación pública en honor al Señor es importante. Es algo bueno, saludable y bíblico. Dios inunda nuestras vidas con abundancia de liberaciones, no obstante, son muy pocos los cristianos que comparten su experiencia públicamente. Muy pocos cristianos, «proclaman sus beneficios». No escondamos sus alabanzas. Comparta a su Salvador. No tenga timidez o vergüenza. Si usted quiere darle algo de valor al Señor, proclame sus beneficios. Creo que le sorprenderá ver cómo eso le ayuda a vivir más allá del afán del dolor y el sufrimiento.

Afirmando el alma: Medite en los momentos cuando el Señor le ha liberado del peligro o la dificultad. Escriba algunos de ellos en formato de historia. Piense en ellos como si se los estuviese contando alguien durante la cena. Luego, pídale al Señor que le den la oportunidad de contarles a otros la bondad de Dios con usted. Esté preparado para hacerlo. Dios le va a proveer más de una ocasión.

Adaptado del libro, Viviendo los Salmos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2013). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2019 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.