Dios obra entre bastidores

Nunca subestimes el poder de la obra silenciosa de Dios. Aun cuando no lo veas, Él está presente, actuando en lo profundo de corazones y circunstancias. No ha dejado de escribir tu historia.

Convicciones con tacto

¡Qué equilibrio tan admirable! Daniel se mantuvo fiel a sus convicciones sin ser ofensivo. No impuso su voluntad, pero tampoco la comprometió. Propuso una alternativa razonable y mostró consideración por la posición del oficial. Su seguridad no venía de su plan… sino de su Dios.

El poder de una decisión a tiempo

Llena tu corazón con la verdad de Dios antes de que llegue la confusión. Así, cuando el mundo te invite a negociar tu fe… tú ya habrás dicho que no. No esperes al momento de la prueba para decidir. Alimenta hoy tu alma con la verdad que mañana sostendrá tu integridad.

Convicciones antes del banquete

¿Has puesto tus límites antes de enfrentarte a la tentación? ¿O esperas al momento crítico para decidir? La diferencia entre caer y resistir está en cuándo preparas tu corazón.

Mantente íntegro en un mundo que quiere moldearte

¿Te cuesta decir «no» cuando todos dicen «sí»? Ora por discernimiento. Decide obedecer. Y confía: Dios honra al que lo honra.
El mundo puede quitarte muchas cosas… pero no puede quitarte tu decisión de obedecer a Dios.

¿Y ahora quién eres tú?

Así opera el mundo: quita, confunde, rebautiza. Pero Dios sigue viendo. Y si tú permaneces fiel, tu identidad no la define un imperio, una etiqueta o una herida… sino el Dios que te llamó por nombre desde antes de nacer.

Firmeza sin trampa

Tu integridad es más valiosa que tu comodidad. Cuando lo pierdes todo menos tu carácter… aún lo tienes todo.

Un Cielo Nuevo y una Tierra Nueva – La eternidad comienza aquí

Dios mismo morará con Su pueblo. No habrá más llanto. No habrá más muerte. No habrá más pecado. Solo la presencia del Señor, la plenitud del gozo, y la paz sin fin. Este no es un cuento de hadas espiritual; es la esperanza gloriosa y segura de todo aquel que pertenece a Cristo. Y esa esperanza no es solo para el futuro, sino una luz que transforma cómo vivimos hoy.

El Reino del Milenio – El reino que anhelamos

Tras Su glorioso regreso, Jesucristo no solo derrotará al mal… reinará. El Hijo de David tomará Su trono y cumplirá plenamente las promesas que Dios hizo a Israel y a su linaje real (2 Samuel 7:8–17). Este tiempo glorioso será conocido como el Reino del Milenio—mil años de justicia, paz y renovación.