Es en el fuego refinador de Dios que se revela la autenticidad de nuestra fe. Y el propósito de estas pruebas de fuego es para que podamos salir como oro purificado, a semejanza reluciente del mismo Señor Jesucristo.
Aliento y Consuelo
¿Nuestra voluntad o la voluntad de Dios?
Seguir la voluntad de Dios requiere fe y acción, lo que a su vez exige riesgo y liberación. Allí es donde las cosas se vuelven muy personales; allí es donde perseveramos y ponemos en práctica la voluntad de Dios.
Déjeselo a Dios
¿Parece que nunca puede llegar a dónde quiere ir con suficiente rapidez? Déjeselo a Dios. ¿Preocupado por sus hijos? Déjeselo a Dios.
Dios me hizo
Al analizar mi cuerpo y ver la manera en que he sido formado, me uno al salmista en alabanza y gratitud a Dios, mi Creador . . .
La Madre Naturaleza no me hizo. El destino no me formó.
El alfarero soberano
La mayor parte de la vida es aprender y crecer, caerse y volver a levantarse, perdonar y olvidar, aceptar y seguir avanzando.
Sabemos que el Alfarero soberano está obrando con nuestro barro como Él quiere.
Sabiduría justo a tiempo
¿Sabe usted cuándo nos da el Señor palabras, sabiduría, y perspectiva? Justo cuando la necesitamos. En el mismo instante en que se las requiere.
Hermoso en el tiempo de Dios
Usted tal vez viva hasta avanzada vejez, realizando su razón de existir, y muera antes de que el programa completo de Dios haya alcanzado su propósito último y completo. Pero su promesa es firme; Él lo hará todo hermoso en su tiempo.
La razón de mi gozo
«Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor» —Romanos … Lea más
La verdad de Dios encarnada
El cristianismo se vuelve algo que se absorbe, no solo algo que uno se pone encima. Es más que algo que uno cree; se encarna en nosotros.
Y si hay algo que captará la atención de los preocupados que luchan contra los incendios de lo urgente, es la verdad de Dios encarnada.
Una preocupación, o dos, o tres
Nos preocupamos por la muerte: la nuestra o la de algún ser querido. Nos preocupamos por la desobediencia y el pecado, y por los sentimientos de culpa. Nos preocupamos por los problemas diarios: personas problemáticas, problemas de decisión, problemas relativos al trabajo, al lugar, a las relaciones personales, a las finanzas, a los estudios . . . lo que sea que se le ocurra, nos preocupamos por eso.