El gran himno de Martín Lutero, «Castillo fuerte es nuestro Dios», nos indica que él con frecuencia usaba el Salmo 46 a manera de consuelo. Un extracto de su biografía nos puede ayudar a entender la razón.
Salmos
Que la pugna cese
¿Vive usted en pánico? ¿Tiene usted una actitud fastidiosa? ¿Sus intentos de autoprotección le causan más daño que bien? ¿Sabe usted que Dios quiere que usted descanse? Hebreos 4: 9 nos promete: «Por tanto, queda todavía un reposo sabático para el pueblo de Dios».
Dios en medio de nosotros
La reacción del salmista acerca de los sentimientos de debilidad personal continúa en el Salmo 46 ahora con un nuevo escenario que le impulsa a tomar otra resolución.
Una reacción de temor
El salmista muy probablemente era un sacerdote. Un hombre letrado. Él conocía muy bien la historia de Israel y sabía que el pueblo no siempre había seguido un sendero llano. Enfrentaba continuamente peligros de ejércitos extranjeros, así como peligros internos. Consecuentemente, el salmista busca ayuda en su Dios Todopoderoso.
El fracaso humano
Somos un saco de huesos, llenos de debilidades, demasiadas para contarlas. ¿Cómo entonces podemos seguir adelante? Necesitamos una gran dosis del Salmo 46. Este salmo trae esperanza aquellos que están luchando con el afán de la debilidad personal.
La verdad de Dios
El origen del conflicto interno de David que se muestra en los salmos 42 y 43 no se alejó después de su visita a las montañas donde fluye el río Jordán. Al regresar a Jerusalén, los problemas le esperaban. Según los versículos 1 y 2 del Salmo 43, David enfrentó otro ataque personal.
Solaz en la naturaleza
Las canciones de David sobre el conflicto interno no ofrecen respuestas sencillas; él es realista. David tuvo que enfrentarse a momentos muy difíciles varias veces en su vida así que sabía que solo pensar en sus bendiciones no iba a funcionar todo el tiempo.
La fidelidad de Dios
La batalla de David que tenía con su conflicto interno y que se presenta en los salmos 42 y 43 lo hace anhelar la presencia de Dios.
Un anhelo por Dios
David ansiaba a Dios así como un venado sediento en medio de un desierto estéril ansía un arroyo fresco. Imagínese un venado jadeando de sed. David dice que él está «jadeando» por el Señor.
Un «lugar de disturbio»
Cuando ocurren cosas perturbadoras, cuando se dicen palabras nebulosas, cuando se escriben ciertas cartas que contienen palabras feas o se leen comentarios extremadamente críticos, empiezo a sentir una agitación interna.