Jueces 4-5
Le presento a Débora: una líder fuerte y capaz en un mundo caótico de hombres. Se llamó a sí misma «madre para Israel» (Jueces 5:7). Débora mantuvo su amor por su familia y tenía la convicción de que había más en su vida que solo trabajar en el hogar. Débora escuchaba la voz de Dios y llegó a un puesto de autoridad en la tierra durante un tiempo de gran inestabilidad.
No había rey, no había leyes: «cada uno hacía lo que le parecía correcto según su propio criterio» (17:6).
Pero en cada generación, Dios levanta a hombres y mujeres para que den la cara por Él y Sus propósitos. En este periodo de los jueces, Débora habló por Dios y la gente acudía a ella para recibir sabiduría. Como si fuera una Golda Meir de la antigüedad, Débora también luchó por la defensa estratégica de Israel, y cuando comenzó la guerra, se convirtió en una mujer importante.
Las fuerzas de Canaán tenían más hombres y más armas que habían aterrorizado a Israel toda una generación, pero Débora reunió el mini ejército de Israel. Reprendió a Barac, el general del ejército de Israel quien se asustó por la intimidación del enemigo. En lugar de avergonzarle por su falta de fe o usurparlo cuando no supo liderar, le encargó ser guerrero de Dios y liderar a Israel a la batalla. A petición suya, Débora fue con él a la batalla y cuando llegó la hora de atacar, fue su mayor apoyo. Con entusiasmo y fe, dejó de fijarse en el arsenal de los cananeos de 900 carros de guerra de hierro y se fijó en la mano poderosa de Dios. Y con un cambio en el tiempo de aquel día, el campo de batalla se inundó y los carros de guerra quedaron atascados en el barro e Israel ganó.
Barac debe unas palabras de agradecimiento a Débora porque su nombre apareció en el capítulo de la fe, Hebreos 11: «Su debilidad se convirtió en fortaleza. Llegaron a ser poderosos en batalla» (Hebreos 11:34).
En perfecta armonía, los roles de Débora y Barac se complementaron para lograr una victoria imposible, eran dos luces brillantes en un cielo oscuro. Y al final de la historia, los israelitas escucharon a Débora y Barac cantando un dueto, una canción de liberación para celebrar la victoria de Dios.
Adaptado del libro, Las Sabias y las Audaces. Publicado por Visión Para Vivir. Copyright © 2023 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.