Salmos 46

Siempre lo negamos, lo fingimos, lo enmascaramos. Intentamos ignorarlo. Pero la verdad persiste: somos criaturas débiles e inadecuadas. Somos pecadores y caemos. Tendemos a enfermarnos, somos débiles y sufrimos. Somos mortales y por ende morimos. La presión causa un tumulto dentro de nosotros. La ansiedad nos da úlceras. La gente nos intimida. La crítica nos afecta. La enfermedad nos asusta. Y la muerte nos persigue. Esto explica por qué Job se quejaba diciendo: «El hombre, nacido de mujer, es corto de días y lleno de tensiones» (Job 14:1). La versión, Nueva Traducción Viviente lo dice de esta manera: «¡Qué frágil es el ser humano!» El apóstol Pablo escribe: «. . . gemimos dentro de nosotros mismos aguardando la adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpo» (Romanos 8:23).

Somos un saco de huesos, llenos de debilidades, demasiadas para contarlas. ¿Cómo entonces podemos seguir adelante? Necesitamos una gran dosis del Salmo 46. Este salmo trae esperanza aquellos que están luchando con el afán de la debilidad personal. Martín Lutero se llenó de valor leyendo esta canción y luego compuso su propia canción:

«Castillo fuerte es nuestro Dios, defensa y buen escudo. Con su poder nos librará en todo trance agudo».

Según el título, el salmo era «sobre Alamot». Estas palabras eran dirigidas al director del coro. La palabra, «alamot», se deriva del sustantivo hebreo, «almah», un término que significa doncella o mujer joven. Es posible que eso signifique que la canción fue compuesta para voces soprano o para un coro de mujeres. Por lo que sabemos, en esa época de los salmos no había coros así. Pero 1 Crónicas 15:20 nos da una pista; dice que varios hombres: «tocaban liras sobre Alamot». La nota al pie de página de la Biblia Mundo Hispano dice: «posiblemente con voz alta como de soprano». Es muy probable entonces que esta canción se tocaba con instrumentos de sonidos agudos o por mujeres sopranos. Es quizás esto lo que hizo que el Salmo fuera singular y fácilmente recordado. Algo así como cuando escuchamos la tonada del Mesías de Handel. Esta canción por ende fue compuesta para que fuera recordada perpetuamente.

Mientras usted leía las estrofas, ¿notó que algunas palabras o frases se repetían? Los versículos 7 y 11 son idénticos, y la palabra de pausa, «Selah» aparece al menos tres veces. Tal como lo mencionamos en otros capítulos anteriores, esta palabra es una notación musical que indica una pausa, una reflexión personal. Es probable que la música continuara sonando por un corto periodo de tiempo, y así la audiencia podía meditar en las últimas frases antes de que los cantantes siguieran entonando la canción.

Estas tres secciones de pausa nos ayudan a comprender esta canción. Son una especie de pistas que el lector no debe pasar por alto. Al igual que muchos salmos, el versículo 1 presenta el tema, el cual puede ser: «Dios es nuestra fuente inmediata de fortaleza cuando nos encontramos en una situación muy complicada».

La palabra, «tribulaciones» que vemos en la mayoría de las versiones de la Biblia provienen de un verbo hebreo que significa estar restringido, atado o en una situación angosta. Me recuerda un par de expresiones que utilizamos comúnmente. En Hispanoamérica decimos: «Estamos en un enredo» o entre la espada y la pared».

El salmista declara que Dios está presente en cualquier situación, y mucho más cuando nos sentimos débiles.

Afirmando el alma: ¿En cuáles circunstancias se siente usted desesperado o incapaz? Piense en esos momentos cuando usted quiere hacer algo para resolver un problema y simplemente no puede hacer nada. ¿Cuál es su reacción típica? ¿Su respuesta es útil o contra productiva? ¿Cuál es la relación entre su reacción común y su fe en Dios?

Adaptado del libro, Viviendo los Salmos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2013). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2019 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.