Salmos 23

El compositor del Salmo 23, quien fuera anteriormente un pastor que cuidaba ovejas en el desierto, comprendía la naturaleza de las ovejas, incluyendo el mal hábito de deambular. Cuando una de las ovejas se sentía atraída a una sección de pasto lejos del rebaño, ella dejaba atrás el rebaño y se iba sin rumbo fijo. Algunas veces le seguían algunas otras. Poco tiempo después la noche caía. Una vez que la oscuridad caía los lobos hambrientos comenzaban a buscar su presa. El pastor cuenta sus ovejas y la llama por nombre.

Versículo 3
La canción incluye el siguiente verso: «Confortará mi alma». Esta expresión tiene que ver con restauración. El término se basa ligeramente en la idea del arrepentimiento, de volver atrás, solo que en este caso, esto no lo hace la oveja sino el pastor. Cuando él se da cuenta de que una de sus ovejas se ha perdido, el pastor decide «restaurarla» o «regresarla» al rebaño, llamándola por nombre y esperando escucharla en el desierto. La oveja extraviada es restaurada a la comunión que tenía, a pesar de sí misma.

De vez en cuando, una joven oveja en particular decide vagar sin rumbo. Una y otra vez el pastor tiene que ir y buscarla. Cuando eso ocurre, con frecuencia el pastor tiene que sacarla de en medio de los cactus espinosos, la acerca su cuerpo y abruptamente le rompe una pierna. Luego la entablilla y la lleva sobre sus hombros. Se espera que durante este periodo de restauración, la oveja deje de extraviarse y dependa completamente de su pastor.

Finalmente el versículo 3 promete una guía. Mire la última parte de este versículo. Significa literalmente: ֿ«Me lleva por el camino recto por amor a su nombre».

Un pastor palestino era un experto en reconocer huellas. Los terrenos ásperos del desierto presentaban muchas huellas y senderos. Algunas de ellas eran de animales salvajes; otras eran de ladrones que estaban escondidos. El viento también dejaba su «huella» en la arena. Para una oveja, todos los senderos eran iguales, pero no la llevaban a ningún lugar. Una oveja era sabía si seguía al pastor que la llevaría siempre por «el camino recto». Después de todo, la reputación del pastor se encontraba en juego. Por eso dice el versículo: «. . . por amor de su nombre».

Versículo 4
El tono cambia en la segunda parte del Salmo 23, pero el Pastor sigue siendo igual. De los pastos verdes infértiles y los arroyos de agua que aparecen en los versículos 2 y 3, caemos inmediatamente en el «valle de sombra de muerte». La traducción más literal sería: «el valle de una oscuridad profunda». ¿Cómo puede esto relacionarse con el versículo 3?  Este versículo nos promete que nuestro Pastor y Salvador nos guía por «sendas de justicia».

El versículo 4 nos está contando simplemente de uno de esos caminos o senderos que se encuentra en el valle. Hay una razón para esto.

A principio de cada año, los rebaños se alimentan en las partes bajas de la montaña, pero cuando llega el sol veraniego que comienza a derretir la nieve de la cima de la montaña, el pastor dirige a su rebaño para que vayan a comer en los lugares altos. Esta jornada inevitablemente incluye algunos senderos peligrosos llenos de incertidumbres y pasajes tenebrosos. El camino es oscuro y difícil. Los árboles periódicamente bloquean la luz del sol y hay serpientes listas para atacar tanto como lobos hambrientos escondiéndose en las sombras. Pero la oveja que camina al lado de su pastor está segura porque su pastor está cerca, dirigiéndola y vigilando el sendero del valle. Así como una partitura es reconocida por el director de una orquesta, ese escenario era muy conocido para David.  El antiguo pastor que ahora era rey recordaba mentalmente sus días como joven en el desierto cuidando el rebaño de su padre y se imagina a sí mismo como si él fuera una oveja: «Aunque ande en valle de sombra de muerte. . . ».

Como ovejas de Dios, algunas veces Él nos lleva en medio del valle de oscuridad, donde hay temor, peligro, incertidumbre y hasta la muerte. Él sabe que la única forma en que podamos llegar a los lugares altos de la experiencia y la madurez cristiana no es a través del campo de juego de la prosperidad sino más bien en el salón de clases del sufrimiento. Es durante esos valles oscuros, angostos, molestos e incómodos donde aprendemos. Nuestro valor se deriva sencillamente porque sabemos que nuestro Pastor nos está guiando. Quizás era el concepto que tenía en mente el escritor cuando nos exhortaba a poner: «los ojos en Jesús… considerándolo a él. . . para que no decaiga el ánimo de ustedes ni desmayen» (Hebreos 12: 2-3).

Note que el salmista dice: «no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo».

Recuerde eso. No existe ninguna experiencia ni ningún valle (sin importar lo severo o lo incierto) que vayamos a enfrentar solos.

Mire también lo que consuela a David. Él recordó las herramientas que usaba en su trabajo anterior: la vara y el cayado. La vara del pastor era un símbolo de su poder. Era un palo de roble de aproximadamente sesenta centímetros de largo el cual utilizaba para defender el rebaño en contra de los animales salvajes. La parte superior de esta vara era redonda, usualmente lo que conocemos como el nudo de la rama de un árbol. El pastor utilizaba esa parte para incrustar varios pedazos de metal. Este palo pesado podía fácilmente matar un león, un oso o cualquier otro ladrón que intentara amenazar la seguridad de las ovejas.

El cayado del pastor tenía como una especie de gancho en uno de sus extremos. Éste le servía el pastor como instrumento para liberar una oveja de algún arbusto espinoso, hacer a un lado las ramas que se encontraba en un sendero angosto o sacar una oveja de algún hoyo donde había caído. El pastor también lo utilizaba para espantar serpientes o animales salvajes. Al igual que la vara, el cayado era un símbolo del poder y la fortaleza del pastor. Las ovejas se confortaban en la fortaleza de su pastor.

Afirmando el alma: ¿De qué forma «deambula» usted de su relación con Dios? Describa la clase de relación que usted tendría con el Señor si no fuera porque él continuamente le restaura. ¿Por qué cree usted que él hace esto con su pueblo?

No existe ninguna experiencia ni ningún valle (sin importar lo severo o lo incierto) que vayamos a enfrentar solos.

Charles R. Swindoll Tweet esto

  Adaptado del libro, Viviendo los Salmos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2013). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2019 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.