Daniel 3:16-18

Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron y dijeron al rey Nabucodonosor: No necesitamos darte una respuesta acerca de este asunto. Ciertamente nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiente; y de tu mano, oh rey, nos librará. Pero si no lo hace, has de saber, oh rey, que no serviremos a tus dioses ni adoraremos la estatua de oro que has levantado. —Daniel 3:16-18

 

PADRE NUESTRO QUE ESTÁS EN EL CIELO, oramos para que por medio de Tú Palabra nos des sabiduría para dirigir nuestros hogares, nuestra nación y este mundo. Te pedimos que levantes un grupo de personas de entre este mundo, que se ha vuelto pasivo y transigente, para que vivan y si es necesario, luchen por la verdad. Te pedimos que no nos permitas abrazar las filosofías falsas de esta época, que suenan lógicas y atractivas pero al final nos llevan a la insensatez y a la pasividad. Oramos, Padre, para que nos ayudes a convertirnos en creyentes equilibrados, que comprendemos cuando es el momento de estar quietos y en silencio; cuando es el momento de decir: «Señor, esta es Tu batalla. Encárgate de ella»; y cuando es el momento de decir: «Aunque tenga que hacerlo solo, defenderé Tu verdad. Aun cuando esto signifique ser golpeado hasta la muerte, lo aceptaré, porque un asunto más grande que todo está en juego».

Te agradecemos por recordarnos que hay soldados que luchan valerosamente para que podamos disfrutar la libertad de alabarte. Padre, te pedimos que nos hagas personas sólidas. Reemplaza la debilidad con fortaleza e integridad. Reemplaza la flacidez de la simpleza con el músculo de la convicción. Y, Señor, te pedimos que levantes de nuestros hogares, jóvenes que tengan convicciones que sean más fuertes que la persuasión del mundo. Oramos, por medio de Cristo. Amén.

Véase también Eclesiastés 3:3,8; 1 Corintios 1:20-21; 3:19; Santiago 4:17; 2 Timoteo 2:3-4.

FIRMEZA

Siempre habrá personas que prefieren que otros tomen las decisiones por ellas. Lamentablemente, hay muchos cristianos que siguen buscando gurús evangélicos o pastores súper estrellas que pueda avalar sus vidas.

Para ser un líder, se necesita el poder de restricción del Espíritu Santo para soportar tales tentadoras invitaciones de ejercer el control. Es útil recordar que cada vez que cedemos ante la tentación del poder, obstaculizamos el crecimiento hacia la madurez de otras personas. Cuando un individuo toma sus propias decisiones, desarrolla una salud mental y fuerza espiritual. No obstante, siempre habrá algunas personas a las que les guste que les digan lo que hay que hacer. Son tan indecisas que su color favorito es el tartán. .

Yo creo que una las razones principales por las cuales algunos prefieren ser indecisos es por la pereza. Tomar decisiones requiere trabajo duro, requiere un proceso doloroso y exacto, raro para muchos, llamado: pensar. Es más fácil adoptar una lista, o marcar las respuestas— uno, dos, tres, cuatro cinco. Todo los que necesita hacer es seguir las instrucciones. No pesar las consecuencias, solo hacer lo que se le dice. No hay que pensarlo mucho, solo decida… solo sométase. Muy mal plan.

La firmeza a menudo es reemplazada con una obediencia ciega, una autoridad que no se cuestiona, una lealtad absoluta. Entiendo que esa filosofía puede ser correcta en el ejército donde no hay tiempo para detenerse y pensar. Sentarse a conversar sobre una decisión en medio de un combate no es algo muy popular cuando el objetivo es sobrevivir. Pero en la vida diaria, en esos temas que no son tan claramente explicados en las Escrituras, y donde existen áreas grises, necesitamos aprender a ser decisivos.

Le sugiero que piense de manera sabia. Comprenda los riesgos. Pese las alternativas. Escoja por usted mismo. Usted decide.

Adaptado del libro, Responde a Mi Clamor: Aprenda a comunicarse con un Dios que se preocupa por usted (Worthy Latino, 2014). Copyright © 2014 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.