Efesios 6:10-11
Por lo demás, fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza. Revestíos con toda la armadura de Dios para que podáis estar firmes contra las insidias del diablo. —Efesios 6:10-11
DIOS TODOPODEROSO, eres invencible y supremo. Nadie puede vencerte. Nadie puede luchar contra Ti. Te necesitamos, especialmente cuando la batalla contra la maldad está en todo su furor. Gracias por permanecer a nuestro lado, por ser nuestro refugio fuerte, por ser nuestro defensor. No tenemos ninguna fuerza en nosotros mismos. Enfrentamos un adversario mucho más poderoso, más brillante y experimentado que nosotros. El enemigo se mantiene firme contra nosotros, listo para atacar nuestros puntos débiles. Sabemos que nuestro enemigo no va a rendirse, y que peleará hasta su amargo final. Por eso, con confianza, queremos ponernos toda la armadura de Dios… y, en Tus fuerzas solamente, podremos resistir las fuerzas malignas que desean hacernos caer.
Señor, danos una nueva esperanza—una esperanza de que un día podremos ir más allá de la lucha que asola nuestras vidas. Anhelamos ese día cuando Cristo de una vez y para siempre ganará la victoria que ya le pertenece a él debido a la cruz. Anímanos con el pensamiento de que, en Cristo, somos más que vencedores. Lo pedimos en el nombre victorioso de Jesús. Amén.
Véase también Lucas 4:13; 2 Corintios 4:16-18; Efesios 4:26-27; 1 Pedro 5:8-10.
RESISTENCIA
Moisés fue un hombre duro. Se negaba a ceder o a rendirse. A él no le importaba si todo estaba en contra suya. Esa clase de determinación sería impresionante si él tuviera veinte o treinta años: esos años cuando «Aun los mancebos se fatigan y se cansan, y los jóvenes tropiezan y vacilan» (Isaías 40:30). Estaríamos aún más impresionados si Moisés tuviera cuarenta o cincuenta años: «esos años monótonos y aburridos de prosperidad de una edad mediana», que C.S Lewis describió como «un excelente clima de campaña para el diablo».
Pero Moisés mostró esa resistencia cuando tenía ochenta años y más allá. Sí que era un viejo implacablemente resistente. Él resistió, a pesar del enojo de Faraón, el monarca más poderoso de la época… a pesar de la obstinación de cientos de miles de hebreos que se quejaban y se rebelaban… a pesar de la crítica de los más cercanos a él… a pesar de las decepciones que él personalmente enfrentó.
¿Cómo lo hizo Moisés? Centró su corazón y su alma Aquel que solamente juzga con justicia. Moisés, continuamente se recordaba asimismo que Su único propósito en la vida era complacer a Dios…obedecerle a Él… glorificarle a Él… para obtener su aprobación a cualquier costo. Tal durabilidad es rara pero no imposible. Quizá el apóstol Pablo tenía las mismas cosas en mente cuando escribió su clásico ensayo sobre la armadura de Dios al decir: «y habiéndolo hecho todo, estar firmes» (Efesios 6:13).
Sin importar lo que usted esté enfrentando, manténgase firme. Camine con confianza clara y evite el orgullo velado. Mantenga la certeza sin volverse obstinado…firme sin dejar de aprender… resistente, pero sin ser descortés…llenos de verdad balanceada con la gracia. Duro pero también tierno.
Adaptado del libro, Responde a Mi Clamor: Aprenda a comunicarse con un Dios que se preocupa por usted (Worthy Latino, 2014). Copyright © 2014 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.