Daniel 4:35

Y todos los habitantes de la tierra son considerados como nada, mas él actúa conforme a su voluntad en el ejército del cielo y entre los habitantes de la tierra; nadie puede detener su mano, ni decirle: “¿Qué has hecho?” Daniel 4:35

SOBERANO DIOS, TODOS NOSOTROS estamos prestos para decir que necesitamos ser aliviados de nuestras ansiedades, ya que son demasiadas y muy frecuentes. Como queremos controlarlo todo, necesitamos que nos pongas los pies en la tierra y ser despojados del orgullo.
Ayúdanos a dejar de sentir que tenemos que dar una explicación de lo que pasa alrededor de nuestra vida. Muéstranos una vez más, Señor, que eres Dios y no hay otro como Tú—que Tú estás en los cielos; y que Tú haces lo que te place. Tú obras en nuestras vidas, en las vidas de nuestros vecinos, en las vidas de quienes viven al otro lado de la calle, al otro lado del país, y al otro lado del océano. Nadie más está en control, excepto Tú. Y Tú todo lo haces bien. Tú cambias las épocas y las estaciones. Gracias por cambiarnos también a nosotros.
Haz que Tu Palabra sea tan relevante como la noticias de cada mañana en la Internet, tan significativas como lo que leemos en el periódico. Ayúdanos a reconocer Tu soberanía, Padre: Que te rindamos cuentas a Ti únicamente porque eres nuestro todo en todo.
Adoramos a Tu Hijo como Señor de nuestra vida. Adoramos su nombre como el único y verdadero Dios en el cual felizmente tenemos la salvación eterna y segura. Descansamos en esta verdad como hijos tuyos.
Recordamos también a aquellos que no han conocido a Tu Hijo como Salvador. Te pedimos que no les des descanso. Que pasen sus noches sin dormir hasta que lleguen a encontrar paz y descanso al conocerte a Ti… y no en la comprensión de sus circunstancias. Te pedimos que crean en Ti por medio de la fe en Cristo, en cuyo nombre oramos. Amén.
Véase también Génesis 50:20; Job 40:1-5; Salmos 115:3; Romanos 8:28; 9:20-21.

EL CONTROL SOBERANO DE DIOS
Lo quiera aceptar o no, Dios es quien está al control. Es más, es imperativo que nos demos cuenta de que Dios tiene todo el control o Él no lo tiene en absoluto. No hay término medio.
Sería insensato decir que Él es «casi soberano» de la misma forma en que yo no podría decir que estoy «un poco casado» o que una mujer está «un poco embarazada».
Nunca podremos entender todas las ramificaciones de esta gran verdad. Si uno intenta encontrar todas las respuestas probablemente le convertiría en un fanático loco… hablaría de cosas que están más allá de su capacidad mental… resultaría en horas sin fin de nimiedades teológicas. Aquello que es finito no puede nunca comprender toda la profundidad del infinito… así que no pierda su tiempo intentándolo. No hay forma en que usted pueda reconciliar la elección de Dios y la responsabilidad del hombre… la justicia de Dios y las injusticias del hombre… el control supremo del Señor y las tragedias y las desigualdades de esta tierra. Simplemente no hay manera de hacerlo.
Para mí fue maravilloso el día en que pude decir: «No entiendo la razón o el por qué pero acepto que la mano de Dios estaba en lo que ocurrió». Y fue un día aún más maravilloso cuando me di cuenta de que nadie pensaba que yo debía responder a esas preguntas, mucho menos Dios. Si pudiera hacerlo, entonces podría convertirme en el consejero personal de Dios y la Escritura es muy clara al decir que él no necesita mi débil consejo. Lo único que quiere de mí es mi amor incondicional, mi devoción total y mi confianza plena. A Él no le interesa mi análisis de Él o de sus caminos.
Una de las marcas de la madurez espiritual es tener la confianza de que Dios está en control total y que no necesita explicar por qué hace lo que hace.

Adaptado del libro, Responde a Mi Clamor: Aprenda a comunicarse con un Dios que se preocupa por usted (Worthy Latino, 2014). Copyright © 2014 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.