2 Corintios 5:15

Y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. —2 Corintios 5:15

Oh, Señor Dios, no nos has dejado vagar por las aguas de la incertidumbre en medio de la niebla de la confusión. Más bien, así como Tu hijo vive, tenemos una perspectiva clara sobre nuestras vidas. La vida de Cristo fluye como lava debajo de la corteza de nuestra vida diaria. Valoramos Tu vida inmensamente. Nos volvemos a ella, una y otra vez.

Nos sentimos agradecidos Padre celestial, por el Salvador resucitado que no solamente conquistó el pecado y la tumba sino también la enfermedad y la muerte. Su muerte, destituyó el pecado y Su resurrección conquistó la muerte. Al apoyarnos en la fortaleza de Su vida encontramos deleite para vivir la nuestra. Ayúdanos a pensar de manera clara aun cuando la cultura a nuestro alrededor ha perdido el rumbo, creyendo que lo bueno es malo y lo malo es bueno.

Padre, queremos volver a alinear nuestros pensamientos con la verdad clara de la vida, la muerte y la resurrección de Jesús. Dirige nuestros pasos en estos días difíciles. Recuérdanos a nuestro Salvador, que conquistó la tumba, y que convirtió la tragedia en triunfo. Vivimos y oramos en el nombre de Salvador resucitado, Jesucristo. Amén.

Véase también Juan 13:15; Romanos 6:4-5; 14:7-9; 1 Pedro 2:21.

SER REAL

De vez en cuando, algún atleta famoso deja su equipo y sus responsabilidades utilizando la frase ya común: “Necesito reencontrarme a mí mismo”. Por lo general, la directiva del equipo, otros jugadores, los comentaristas deportivos y sus seguidores no entienden lo que él anda buscando. Yo sí lo entiendo.

Está buscando ese sentido de propósito y de satisfacción interna que los deportes y sus beneficios no le pueden proporcionar. Es como esa sensación de comezón interna que no puede ser rascada por los logros o una gran cantidad de admiradores. “Encontrarse uno mismo” requiere tiempo. Es esencial si usted quiere ser una persona integral, una persona real hasta los tuétanos.

Ahora bien, no estoy diciendo que debemos dejar las cosas súbitamente para pasar por el proceso de jugar a las escondidas. No es realista. Aprender a ser real no se da por medio de excusas. Pero hay momentos en la vida cuando necesitamos detenernos, estar en silencio y meditar.

“Prefiero quemarme que oxidarme” dicen los extremistas. Francamente, ninguno de esos dos aspectos me llama la atención. En ambos casos uno está “fuera”. Tiene que haber algo más en la vida que solo hacer. ¡Y lo hay! Es ser. Es convertirse en una persona integral… creíble… con propósito… y amorosa. La palabra clave aquí es ser real. Y eso requiere de tiempo. Es un proceso largo y generalmente doloroso.

Y nunca se puede dar separado de Jesús. Nunca.

Analícese. ¿Siempre anda de prisa? ¿Pocas veces pregunta el “por qué” de las cosas? ¿Le cuesta ser real? Usted no puede jugar al agente secreto para siempre.

Bajemos la guardia y seamos personas reales. Dios quiere que tengamos un corazón compasivo, amable, tierno, transparente, gentil, paciente, perdonador, amoroso y cariñoso. Todo eso deletrea la palabra R-E-A-L.

Adaptado del libro, Responde a Mi Clamor: Aprenda a comunicarse con un Dios que se preocupa por usted (Worthy Latino, 2014). Copyright © 2014 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.