1 Pedro 2:17

Honra a todos, amad a los hermanos, temer a Dios, honrad al rey. 1 Pedro 2:17

PADRE NUESTRO, CUAN AGRADECIDOS ESTAMOS por nuestra libertad. Gracias por nuestra nación. Aun cuando dista de ser perfecta, es maravilloso poder llamarla nuestro hogar. Danos un sentido correcto de orgullo por nuestra tierra y nuestra bandera. Ayúdanos a ejemplificar esa lealtad nacional de tal forma que la generación más joven capte lo que significa ser patriota. Te debemos nuestra gratitud por la devoción de aquellos que cayeron en batalla, cuyas cruces se encuentran en diferentes lugares de esta nación y en el extranjero, como símbolo de que pelearon y murieron por su país. Gracias por cada uno de esos valientes guerreros.

Y aunque amamos a nuestro país y nos deleitamos en ser libres, nuestra adoración no se dirige a esta tierra sino a Ti, Padre. Que nuestro amor por el país no se convierta en conflicto con nuestra reverencia a Cristo. Nunca tendremos otros dioses delante de Ti. Confesamos que no hay otro nombre más alto, no hay otro Salvador aparte del Señor, no hay otro dios que sea Creador, no hay nadie más que sea digno de nuestra adoración. A Ti y solo a Ti, prometemos nuestra mayor lealtad. Con adoración y gratitud, oramos en el nombre de Aquél que es nuestro, que murió para hacernos libres de verdad y es Cristo. Amén.

Véase también Éxodo 20:3; Juan 8:36; 15:13; 1 Corintios 7:21-22; 1 Pedro 1:1; 2:11.

 

LA LIBERTAD ESPIRITUAL ES SUYA

Pienso que es extraño que nosotros los cristianos seamos tan renuentes a permitirnos hacer, pensar, o ser diferentes y no preocuparnos del qué dirán. Es curioso que, aun cuando Dios nos ha dado el permiso de ser libres, muchos de Sus hijos no se dan ellos mismos ese permiso.

Tienen un razonamiento extraño: «Bueno, después de todo, ¿qué pensará la gente?», «Me han enseñado a ser más conservador», etc. Yo pienso que esto ocurre cuando una conciencia se vuelve extremadamente sensible ya que ha sido enseñada en la escuela de la negatividad. Es algo trágico. Peor que eso, es algo anti bíblico. Apenas ayer en la noche, leí: «Donde está el Espíritu del Señor, hay libertad» (2 Corintios 3:17). Haga que esa palabra penetre. Libertad. En otras palabras, ¡Disfrute la vida! Sea usted mismo. Dese permiso a usted mismo de romper el molde y ejercer la libertad que Dios le ha dado. No quiero decir que se convierta en un patán. Lo que quiero decir es que quizás usted deba preocuparse menos y menos por lo que algunos puedan decir.

Hasta que no nos demos permiso a nosotros mismos de ser las personas únicas que Dios diseño que fuésemos y hacer las cosas impredecibles que su gracia nos permite hacer, vamos a seguir marchando en el círculo de temor, timidez y aburrimiento. Dios, por Su gracia, nos ha redimido de la esclavitud. Cristo literalmente nos ha hecho libres. El Espíritu del Señor nos ha provisto esa libertad largamente esperada.

Ya que las cuerdas han sido rotas, es tiempo de que dejemos de marchar y empecemos a volar. Démonos permiso de elevar nuestras alas y sentir la emoción de un estilo de vida libre. La gracia nos libera para volar. ¡Por tanto, volemos!

Adaptado del libro, Responde a Mi Clamor: Aprenda a comunicarse con un Dios que se preocupa por usted (Worthy Latino, 2014). Copyright © 2014 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.