1 Corintios 6:9-11

¿No se dan cuenta de que los que hacen lo malo no heredarán el reino de Dios? No se engañen a sí mismos. Los que se entregan al pecado sexual o rinden culto a ídolos o cometen adulterio o son prostitutos o practican la homosexualidad o son ladrones o avaros o borrachos o insultan o estafan a la gente: ninguno de ésos heredará el reino de Dios. Algunos de ustedes antes eran así; pero fueron limpiados; fueron hechos santos; fueron hechos justos ante Dios al invocar el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios. 1 Corintios 6:9-11 NTV

SEÑOR DIOS, TU HIJO ha cerrado la puerta del ayer y eso hace que Tu pueblo no tenga ya más que vivir esclavizado al pecado o la vergüenza. No porque seamos fuertes, buenos o nobles, sino porque Tú has transformado nuestras vidas. Cambiaste el curso de nuestro caminar. Aunque nos tienes aún en esta tierra como peregrinos y extranjeros, tenemos nuestro hogar en el cielo. Y a veces sentimos bastante nostalgia de estar allá.

Escucha el clamor de Tu pueblo. Danos dominio propio en esas ocasiones cuando sentimos la tentación de juzgar o denigrar a las personas. Haznos conscientes de que una vida piadosa predica un mensaje inolvidable a los incrédulos. Ayúdanos a recordar que somos soldados lejos de nuestro hogar en el cielo y que vivimos en un mundo perdido que necesita desesperadamente de Jesucristo. Mantennos con una actitud sencilla, firme en la fe, inmutables en nuestras convicciones, pero a la vez llenos de gracia para aquellos que están atados al pecado y a esos hábitos que no pueden romper. Permítenos sacudir los conceptos de los incrédulos con una vida auténtica, equilibrada, divertida y que con ella te glorifiquemos, Dios. . . tal como lo hizo Jesús. Oramos en Su gran nombre. Amén.

Véase también Juan 15:18-19; 17:15-20; Romanos 12:1-2; 1 Pedro 2:11.

CARICATURAS EVANGÉLICAS
Para el mundo, los cristianos evangélicos representan una gran cantidad de conceptos confusos y contradictorios. Decimos que hemos «nacido de nuevo» pero rechazamos la reencarnación. Hablamos en voz alta con alguien que no vemos. Fundamentamos nuestra vida en un libro que creemos que Él escribió, aunque no lo vimos hacerlo.

Nuestras acciones son aún más inconsistentes. Nuestra lista de preocupaciones es larga, aunque decimos que Él lleva nuestras cargas. Tenemos poca paciencia con la mesera aun cuando ella nos vio orar antes de comer. La forma en que manejamos con frecuencia es descuidada y, en algunos casos, hasta ilegal, aunque tenemos una calcomanía que nos identifica como cristianos. Creo que eso debería hacernos sonrojar de vergüenza. Quisiéramos usar una máscara. Mejor aún, volvernos invisibles.

Usted y yo definimos estos contrastes como una batalla espiritual con la carne. Aceptamos que existan tales contradicciones. Pero créame, el incrédulo no lo ve de esa forma. Él nos ve a través de un filtro distorsionado, compuesto de exageraciones, confusiones y realidades. Las caricaturas, debemos admitirlo, son exageraciones falsas y representaciones extremas. Pero se utilizan formidablemente cuando se toca el tema del cristianismo.

La respuesta no es intentar ser perfectos, (eso sería una pérdida de tiempo), ni tampoco quitar la calcomanía que dice: «Jesús es Señor» del auto (lavarse las manos), para que para que todas las caricaturas puedan ser borradas. Seamos realistas, algunas personas no van a cambiar sus ideas erradas acerca de los cristianos, aunque viviéramos como el apóstol Pablo. Hasta él mismo tuvo personas que le criticaron.

Entonces ¿qué hacer? Usted no puede cambiar el ejemplo de otros cristianos ni tampoco puede cambiar la opinión de los que no son cristianos. Pero puede hacer algo al respecto de la falta de carácter dentro de usted. La presencia de las caricaturas no importa tanto como la ausencia de carácter.

Adaptado del libro, Responde a Mi Clamor: Aprenda a comunicarse con un Dios que se preocupa por usted (Worthy Latino, 2014). Copyright © 2014 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.