Salmo 62: 5

Alma mía, en Dios solamente reposa, porque de Él es mi esperanza.

Salmo 62: 5

Henry Nouwen llamo a la soledad «el horno de la transformación». Esto no se refiere a la mera privacidad personal en una parada en la gasolinera por doce segundos y en donde recibimos una reparación rápida para volver a la carrera. Es mucho más que eso. La soledad es un oasis del alma en donde nos vemos a nosotros mismos, a otros y especialmente a nuestro Dios de nuevas maneras. Es en donde se identifica y extermina mucho del «atiborramiento» de la vida, gracias al calor misericordioso del «horno». Hay cirugía del alma que transpira conforme la serenidad reemplaza a la ansiedad.

En la soledad tienen lugar luchas de las que nadie más sabe. Se libran batallas internas aquí que rara vez resultan comidilla de sermones o ilustraciones de libros. Dios, que examina los pensamientos más profundos durante los segmentos expresos de soledad, abre nuestros ojos a cosas que necesitan atención. Es aquí en donde Él nos hace percatarnos de aquellas cosas que tratamos de esconder de otros.

Adaptado del libro, Sabiduría Para el Camino: Palabras Sabias para Personas Ocupadas (Grupo Nelson 2008). Copyright © 2008 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.