Mateo 25:34-40
Las probabilidades son buenas de que hay aquellos en la comunidad cristiana de su iglesia que se sienten no queridos, olvidados, sin amor (¡hasta poco atractivos!)—y se sienten más solos de lo que se pueda expresar con palabras. Hoy deseo hablar a favor y en defensa de ellos.
Aunque parezca extraño, a menudo las personas menos queridas son las más difíciles de amar. ¿Por qué? Porque se sienten no queridas, están convencidas de que sus vidas son un desperdicio, inútiles y una molestia. Luchan con sentimientos de inferioridad, pensamientos suicidas, una autoimagen torcida y una pérdida de respeto propio. Esto resulta en todo tipo de reacciones poco atractivas y llamativas. Siendo que conservan una autoimagen rechazable, solo es natural que actúen de manera rechazable. Este ingrato estilo de vida solamente los aísla aún más, por cierto, «confirmando» su opinión despreciable que tienen de sí mismas. ¡Qué ciclo tan triste!
En vez de amar a estas personas, normalmente las etiquetamos.
En vez de preocuparnos por ellas, las criticamos.
En vez de acercarnos a ellas, reaccionamos, nos resentimos, no alejamos corriendo.
En vez de «besar la rana», desarrollamos maneras de envenenarla—o, en el mejor de los casos, ignorarlas completamente.
Considere algunas sugerencias que le permitirán crear los puentes que se necesitan:
- Sea positivo en vez de negativo. Cuando se sienta tentado a hacer una mueca de molestia, pare y piense: «Esta persona debe sentir mucho dolor. ¡Rehúso volverme en contra de él o ella! Señor, ¿de qué manera puedo expresar Tu amor?».
- Muestre gracia en vez de irritarse. Recuerde que esas características superficiales probablemente son un pobre intento de protegerse. Una respuesta con gracia y bondad puede a menudo desenmascarar la persona «verdadera» que hay muy por dentro.
- Sea creativo en vez de tradicional. Busque maneras nuevas para acercarse y animar a esa persona. Luche en contra de la vieja tendencia de rechazar y criticar. Esfuércese por demostrar que realmente se interesa.
- Sea disponible en vez de distante. ¡Abra su corazón y su hogar! Los puentes no se crean con solo saludar de la mano en la iglesia o con una sonrisa al subirse a su carro después del trabajo. Amar a los que no son fáciles de amar toma tiempo y esfuerzo. La disponibilidad no es algo opcional; es esencial.
¿Hay base bíblica para esto? Sí, ciertamente. En realidad, todo el Nuevo Testamento está lleno de directrices como esas. Claro, es fácil no verlas cuando estamos enceguecidos por la enfermedad más común, conocida por la humanidad: el egoísmo.
Tomado de Come Before Winter and Share My Hope, Copyright © 1985, 1988, 1994 por Charles R. Swindoll, Inc. Todos los derechos reservados mundialmente. Usado con permiso.