1 Juan 2:16

Porque todo lo que hay en el mundo, la pasión de la carne, la pasión de los ojos y la arrogancia de la vida no proviene del Padre, sino del mundo. —1 Juan 2:16

 

PADRE NUESTRO, GRACIAS por usar para tu gloria a aquellos de nosotros que somos muy dados a caer en el feo orgullo y el dominio controlador. Te agradecemos por las diferentes formas con las que reduces nuestro orgullo, ya sea a través de Tu Palabra o a través de alguna experiencia. Te agradecemos por permitirnos ser nosotros mismos mientras exaltamos a Cristo y nos alineamos con sus deseos en nuestras vidas.

Padre, al arrancar de nuestros corazones la autosatisfacción a la que nos encanta aferrarnos, y al sangrar por dentro, recuérdanos que nada de lo que te rendimos a ti, queda sin recompensa. Recuérdanos que en el proceso de quebrantarnos, nos estás haciendo nuevas criaturas. Ayúdanos a dirigir nuestras vidas hacia el Salvador. Danos satisfacción en el llamado que nos has hecho y ayúdanos a dejar de preocuparnos por querer tener algún lugar de autoridad.

Finalmente, exalta el nombre de Cristo en nuestras vidas y al mismo tiempo, pedimos uses Tu Palabra y Tu Espíritu para humillarnos, permitiéndonos ver nuestro orgullo por lo que realmente es.

Te alabamos por Tu obra a través de Cristo Jesús. Amén.

Véase también Salmos 75:5; Proverbios 8:13, 29: 23;2 Corintios 5:12

 

EL ÉXITO COMIENZA CON LA HUMILDAD

A riesgo de parecer simplista, me gustaría ofrecerle un consejo que destaca por ser diametralmente opuesto a las estrategias de «éxito» de la actualidad. Mi sugerencia nunca aparecerá en la revistas Business Week, Forbes o Fortune. Sin embargo, le aseguro que no existe mejor fórmula para el éxito, conocida por el hombre.

Aquí la tiene en estas trece palabras: «Dios se opone a los orgullosos pero muestra su favor a los humildes» (1 Pedro 5:5 NTV). Este versículo se encuentra en medio de un contexto que habla de tres aspectos que se relacionan con el verdadero éxito: autoridad, actitud, y ansiedad.

El primero tiene que ver con la autoridad: Sométase a aquellos que son sabios (1 Pedro 5:5). Escuche su consejo, respete sus opiniones, acepte sus sugerencias, respete sus años de experiencia y siga su ejemplo. ¿Por qué? Porque cuando alguien sigue una jornada independiente y auto determinada puede llevarle al orgullo, y recuerde: «Dios se opone a los orgullosos».

El segundo tiene que ver con actitud: Humíllense bajo la poderosa mano de Dios (1 Pedro 5:6). No existe una actitud más esencial para aquellos que quieran tener éxito que esta. Cuando genuinamente nos humillamos delante de la poderosa mano de Dios, pidiéndole que nos conceda éxito a su debido tiempo y a su manera, rehusamos manipular las circunstancias o a las personas mediante algún esquema engañoso. En otras palabras, aceptamos que Dios sea Dios.

El tercer aspecto tiene que ver con la ansiedad: Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios (1 Pedro 5:7). Las ansiedades vendrán, cuente con ello. Los problemas, las decepciones y los temores surgirán en el proceso de ser usados por Dios. Así que entréguele esas ansiedades al Señor. Eche sus cargas en Él.

Este consejo bíblico es todo lo contrario a lo que vemos en la actualidad con toda la propaganda de promoverse asimismo. Pero cuando Dios está a cargo, tanto el tiempo como la magnitud de cualquier éxito que Él tenga en mente para nosotros, será sorprendente.

Adaptado del libro, Responde a Mi Clamor: Aprenda a comunicarse con un Dios que se preocupa por usted (Worthy Latino, 2014). Copyright © 2014 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.