Efesios 4:1-3
Yo, pues, prisionero del Señor, os ruego que viváis de una manera digna de la vocación con que habéis sido llamados, con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándoos unos a otros en amor, esforzándoos por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. Efesios 4:1-3
DIOS, NOS DAMOS CUENTA de que tú mismo nos dices: «Preserva la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz» Y aunque es algo que no es muy popular, para nosotros es importante. Esa frase no nos promete que todo va a salir como queremos, pero enseña la verdad. Tu camino es lo único que nos previene de ir por otro equivocado. Hemos viajado por esos caminos equivocados y hemos descubierto de primera mano, que son calles sin salida y que nos llevan a pantanos peligrosos.
Te pedimos que le des a Tu pueblo la capacidad de querer comprometerse contigo para que haya unidad, armonía, confidencialidad, pureza, amor, tolerancia y paciencia—usando Tus propias palabras: humildad y mansedumbre en el vínculo de la paz. Te pido que nos ayudes a ejemplificar eso, Señor. Que podamos ejemplificarlo cuando estemos en la casa, en el vecindario, en nuestro trabajo, en el auto, en los negocios, en la tienda, al conocer nuevos amigos y en cualquier otro momento cuando tengamos la oportunidad de impactar la vida de otra persona.
Danos una gran armonía, Señor. Queremos madurar, pero también queremos profundizar en la vida espiritual. Que nuestras raíces se profundicen mientras damos fruto. Oramos esto en el nombre de Tu Hijo amado. Amén.
Véase también Proverbios 10:11-12; Juan 13:34-35; 1 Juan 2:9-11; 4:7-9.
DIVERSIDAD Y UNIDAD
Dios no ha hecho a los cristianos todos iguales. Esa nunca fue Su intención. Cada uno de nosotros tenemos nuestro propio conjunto de capacidades en las cuales sobresalimos naturalmente. Dios planeó que haya diferencias, variedades y capacidades singulares en la iglesia. Era tan importante Su interés de que nosotros lo comprendiéramos, que lo mencionó varias veces en el Nuevo Testamento. Dedique un tiempo a leer 1 Corintios 12 en voz alta y lentamente. Esos treinta y un versículos nos hablan de los deseos y los diseños de Dios para su iglesia—que son más atractivos que treinta y un sabores.
A este tema comúnmente se le conoce como «los dones espirituales» y es tan útil como cualquier otro principio que los creyentes deban conocer, y quizás hasta más. Podemos resumir el pasaje de la siguiente forma:
- Dios nos ha colocado en Su familia y nos ha dado una mezcla específica que nos hace únicos. No existe ninguna mezcla que sea insignificante.
- Esa mezcla le deleita a Él totalmente. Nadie es exactamente igual a otra persona. Eso debería alegrarnos también a nosotros.
- Cuando operamos en nuestro ámbito de capacidades, vamos a sobresalir y todo el cuerpo de Cristo se beneficiará. . . y nosotros experimentamos una satisfacción increíble.
- Cuando otros operan en su campo de capacidades, automáticamente tenemos equilibrio, unidad y buena salud. ¡Eso es asombroso!
- Por el contrario, cuando nos comparamos. . . o forzamos. . . o tenemos expectativas mayores que nuestras propias capacidades o las de otros, la mediocridad o la derrota total es predecible.
Así que relajémonos y aceptemos la forma en que Dios nos ha hecho. Desarrollemos nuestras capacidades y dejemos de compararnos con los demás. ¡Disfrute el ser único!
Aceptemos la forma en que Dios nos ha hecho. Desarrollemos nuestras capacidades y dejemos de compararnos con los demás. ¡Disfrute el ser único!
— Charles R. Swindoll Tweet estoAdaptado del libro, Responde a Mi Clamor: Aprenda a comunicarse con un Dios que se preocupa por usted (Worthy Latino, 2014). Copyright © 2014 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.